Si no eres de los que se deja impresionar por las estrellas Michelin, la cocina de autor, los trampantojos gastronómicos y similares, creemos que te va a encantar este pequeño pueblo de Huelva al que la gente va única y exclusivamente para comer comida tradicional pero de categoría. Se trata de Linares de la Sierra, con apenas 300 habitantes y tan solo tres restaurantes y un bar en sus límites.
Los andaluces de Huelva y alrededores saben bien que de la Sierra de Aracena sale la mejor materia primera para la cocina. En especial, el jamón serrano, que doy fe de que no se come igual en ningún otro lado. Sin embargo, la localidad de Aracena (conocida como la capital del jamón ibérico) está masificada de turistas en busca de comer como nunca.
Es por esto mismo que muchos habitantes de la zona lo han cambiado por Linares de la Sierra que, hasta ahora, era su pequeño secreto. Se encuentra entre Alájar y Aracena, en el centro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, el que es uno de los espacios protegidos más importantes de la Comunidad, con sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas, bosques de encinas, alcornoques, castaños y numerosos arroyos.
Todo ello es lo que conforma, no solo un paisaje de extraordinaria belleza y atractivo, sino también ideal para la ganadería. Sobre todo, para el cerdo ibérico, que encuentra allí unas condiciones ideales. El resto de su atractivo lo ponen sus calles empedradas, la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, el lavadero público y sus casas apiñadas.
No obstante, lo que hace que la gente peregrine a Linares de la sierra, como decíamos, son sus tres restaurantes: Arrieros, El Rincón de Lorenzo y La Escondida. Puesto que el pueblo solo tiene una extensión de 29 kilómetros cuadrados, no se encuentran muy lejos unos de otros.
En la cocina del restaurante Arrieros, abierto hace 20 años, se encuentra a los mandos el chef Luismi López que, con una mezcla de modernidad y tradición, realza toda la riqueza y variedad de la carne ibérica. Porque, como no podía ser de otro modo, la carne cerdo ibérico en todas sus dimensiones y diversidad es el centro de la carta.
Le acompañan recetas inéditas de carpaccio de presa, solomillo relleno o carrillera en salsa. Además de toda la riqueza de los productos de la zona: setas de temporada, frutas y verduras de las huertas locales, castañas, naranjas… Y es que, como dato importante, en el siglo XIX, Linares de la Sierra vivió su mayor esplendor económico gracias a sus exportaciones de frutas, que eran demandas por su gran calidad.
Fotos | Cortesía de restaurante Arrieros
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