Tan claro tenemos nuestro plato favorito como nuestro plato más odiado. Empiezo yo, la tortilla de patatas y las croquetas ocupan mi top uno (no puedo elegir si quiero más a mamá o a papá). El plato que más odio son las acelgas rehogadas. Pero, ¿qué opinan de nuestra gastronomía fuera de España?
La famosa web gastronómica TasteAtlas ha elaborado una lista con los 100 peores platos de la cocina española en base a las valoraciones de sus usuarios de todo el mundo, y aunque el primero no nos suena nada, hay algunas recetas que nos ha dolido en el alma verlas ahí.
Los peores platos españoles
El primero de su ranking, y el peor con una puntuación de 1,9 estrellas sobre cinco es el bocadillo de sardinas. Empezaré diciendo que soy amante de las sardinas en lata, pero el bocadillo que proponen es algo nuevo para mí. Hablan de que es “un humilde sándwich español con un sabroso relleno de sardinas enlatadas” que se hace con una barra de pan y sardinas en conserva en aceite, con salsa de tomate o en escabeche. A priori no me parece mal si le metemos unas rodajitas de tomate y un poco de cebolleta fresca, por ejemplo.
El segundo es el caldo de papas canario, un guiso tradicional que solo tiene un 2,6 de puntuación y que está elaborado combinando cebollas, patatas, tomates, pimientos morrones, cilantro, azafrán y huevos.
El tercero es conocido por ser uno de los dulces más tradicionales de Madrid: las rosquillas de Santa Clara. Son un clásico de San Isidro junto con las tontas y las listas y se elaboran con ingredientes clásicos de la repostería española: aceite, anís, harina, azúcar y huevo.
Llegamos al cuarto del ranking y nos encontramos con un clásico de la cocina valenciana que personalmente, es mi arroz favorito por encima de la paella: el arroz al horno. Esta maravilla se prepara con arroz, garbanzos y caldo de cocido al que se añaden costillas, morcilla, patatas, tomate y ajo. Un comfort food en toda regla de los que piden siesta después.
El quinto puesto es algo que tampoco es que sea muy español, la verdad. Ocupa el puesto el gazpacho de mango, una variante del gazpacho andaluz que nos suena poco o nada y que, según ellos, lleva mango, pepinos, tomates, pimientos, chiles jalapeños o chiles, cebollas, chalotas y ajo.
En el sexto puesto encontramos las boles de picolat de las abuelas catalanas. El peor postre español está en el séptimo puesto y es el pastel cordobés elaborado con hojaldre y cabello de ángel. El octavo puesto es para un guiso tradicional vasco, la purrusalda, el noveno para el esgarraet valenciano y el décimo, para los hojaldres de Astorga.
Si miramos más, nos encontramos con el conejo al ajillo en el puesto 16, el lacón con grelos en el 25, la mona de Pascua en el 35, los fartons en el 49 y las maravillosas patatas a la importancia que preparaba mi abuela en el 55 (este me ha dolido). Otro clásico, las sopas de ajo que aún ceno en invierno al menos una vez a la semana, ocupa el puesto 68. El cocido madrileño está en el 78 y la ensalada murciana maravillosa hecha con tomates en conserva, en el 86.
Ni la tortilla de patatas ni el salmorejo ni la fabada aparecen en la lista de peores platos españoles (gracias a dios). Ojalá este ranking de los 100 peores platos de la cigna española sirva para que nos conozcan fuera de nuestras fronteras. Ellos mismos afirman que “los rankings de TasteAtlas no deben verse como la conclusión global final sobre la comida” porque según la web, su propósito es “promover excelentes alimentos locales, infundir orgullo por los platos tradicionales y despertar la curiosidad por platos que no has probado”.
Fotos | CHUTTERSNAP en Unsplash, Directo al Paladar
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