En verano la sandía y el melón son los alimentos estrella. La sandía tiene un alto contenido acuoso y por lo tanto favorece la hidratación en los meses más cálidos del año, justo cuando está en temporada. Alrededor del 95% es agua y es ligera y baja en calorías (apenas 28 Kcal por cada 100 gramos). Pero tiene una gran variedad de vitaminas y minerales como el potasio y magnesio que se comportan como electrolitos en el organismo y carotenos, vitamina A y vitamina C que tienen función antioxidante.
Es tan buena, que hay estudios que demuestran una correlación positiva entre consumir sandía en grandes cantidades y una mejora de la función cardiovascular. Es un imprescindible en verano, y está presente en muchas casas durante esta época del año.
Si pensamos en una planta de sandía, aquellas que han crecido cerca del tallo y pegadas a la mata son aquellas que han obtenido más alimento y son mejores. Pero en el supermercado no tenemos posibilidad de averiguar cuáles son. Sin embargo, y según los expertos agricultores existe un truco para no fallar nunca a la hora de elegir la sandía más dulce y jugosa.
Cómo elegir la mejor sandía del supermercado
Cuanto mayor es una sandía, mejor será, asegura Pere Puigbert en declaraciones a RAC1, labrador y fundador de Frutas Núria. Pero además de grande, es importante que pese. Si quieres acertar con una sandía, escoge una de 10 o 12 kilos. Según el experto esta es la clave. Las mejores frutas son aquellas que pesan más de lo que parecen, así que busca esa y acertarás.
Si pensamos en cómo se forma una sandía veremos que comienza por la estructura de la piel y luego va llenándose por dentro. Por eso, cuanto mayor sea la sandía, más tiempo habrá pasado en la mata y más tiempo ha tenido para coger agua, azúcar y todos los nutrientes.
Para saber si está o no pasada, puedes darle un golpecito para escuchar cómo suena. Si no resuena como una pelota hinchada, no será buena. Si la sandía está madura y lista para comer oirás un sonido hueco y sentirás firmeza como explican en Directo al Paladar. “Esto significa que tiene mucha agua y esa agua ayuda a darle mayor sabor y textura a la sandía y por consiguiente, una maduración adecuada.”
Y si tenemos que escoger entre las dos variedades del supermercado, rayada o lisa, dependerá de si te gustan más o menos dulces. La variedad rayada suele tener más cantidad de azúcar que la lisa según Puigvert. Y aunque apenas afecta al gusto, el experto también escogería la sandía con pepitas antes que la otra. “El gusto perfecto de una sandía es el de la que tiene semilla y es muy grande".
Un truco más: observa su color. Las sandías maduras suelen tener una mancha amarilla en uno de los extremos de la corteza y estará sin grietas, abolladuras ni golpes. Además, la cáscara tiene que notarse firme al tacto para asegurarnos de que no está pasada.
Al no tratarse de una fruta que madure después de recolectada, podemos tenerla en casa en un espacio fresco y seco. Según explicaba la tecnóloga alimentaria Beatriz Robles a RTVE, si la hemos comprado entera y la vamos a cortar es importante lavarla antes, secarla con papel de cocina y una vez cortada, conservarla en la nevera.
Fotos | Floh Keitgen en Unsplash, J D en Unsplash
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