De él han dicho de todo. Todo lo bueno y lo malo. Pero de todo. Se le considera el máximo exponente de la estética Dirty Chic; es decir, ir desaliñado pero sin perder ningún ápice de elegancia, glamour y buen gusto vistiendo. Y resulta curioso pero, seguramente no encontréis a un cantante que no haya cambiado más veces de look a lo largo de su carrera: tatuajes por todo el cuerpo, collares, piercings, la barba de los tres días, jeans desgastados o ropa de cuero, chaquetas, camisas desgarradas o camisetas fashion, mezcla de texturas, gafas retro o al más puro estilo new age y un cuerpo que ya quisiéramos tener algunos, logrado con ayuda de las pesas y el bisturí, para que engañarnos.
Según cambiaba de estilo y lanzaba un nuevo álbum, así cambiaba su imagen personal, adaptándose a una continua evolución tanto musical como histórica y estética. Con todos vosotros, Lenny Kravitz, el hombre de los mil estilos.
Cuando despuntó por primera vez en la historia musical, lo hizo con una imagen de rockero, pero no una cualquiera. Por esa época el recuerdo de gente como Jimmy Hendrix, Robert Plant y Prince lo marcaron profundamente en su estilo, considerándolo algunos como un eclecticismo muy sutil de todos ellos. Fue por el 1989 cuando tuvo su etapa más hippie, sesentero, con sus inconfundibles rastas que por el momento solo le llegaban a la altura de los hombros.
Con su siguiente disco, Lenny perfeccionó su estilo. "Mamma Said", fue el más funky de todos ellos y el look del rockero seguía marcado por su melena de rastas, ahora hasta la cintura. Pero aquí su indumentaria se volvió más rockera aun: Los trajes muy ajustados, de cuero y multitud de collares y abalorios metalizados definían en él un estilo muy personal ayudado por los piercings que se hizo en distintas zonas de su cuerpo: orejas, nariz y pezones.
- Lenny está en lo más alto de su carrera. Su nombre ya es uno de los grandes de la música y se empieza a labrar una fama de rebelde incondicional. Es la época de su álbum "Circus", que pese a no cosechar un gran éxito, el sí que define su estilo hasta lo más alto del panorama rock: joyas, sus inseparables gafas futuristas empezaba a acompañarlo donde quiera que fuese, camisas desagarradas y tatuajes, muchos tatuajes por todo el cuerpo (ya que podía lucir cuerpo). Pero llegarían tiempos de cambio.
En el año 1998 lanza "5" y, a pesar de que en la portada Lenny aparece todavía con rastas, pocos meses más tarde del lanzamiento decide, en un simbólico acto de cambio de mentalidad, cambiar el look que había llevado durante sus 10 años y se corta el pelo convirtiéndose en un auténtico rockero afro cuyo único objetivo es encontrar el equilibrio espiritual y la paz mental.
Posteriormente decidirá volver a resurgir con su antiguo look, después de la publicación de “Baptism”, con sus jeans gastados y sus antiguas rastas planchadas que le caen casi sobre los hombros pero esta vez el look no le funciona pues muchas de sus fans no ven reflejada en el lacio de sus cabellos la actitud rockera de otros tiempos y por ello decide cortárselo de nuevo y volver al pelo afro de antes hasta lograr el look actual, un pelo afro pero con volumen medio, camisas anchas y vaqueros, un incondicional de la joyería masculina así como de los piercings y los tatuajes.
Su estilo actual dice mucho de él. Es un incondicional del negro, apuesta por él tanto en trajes como en camisas y son pocas veces las que podemos verle con un color más claro. Con su estilo desenfadado, el Dirty chic, apuesta por dejarse las camisas fuera del traje, cortas, casi siempre de lino y aquí si que en colores claros.
Asombra ver la importancia que le da a los accesorios: joyas, gafas gorros… : Las gafas en Lenny son algo imprescindible. Poco serán los afortunados que hayan podido ver que tras esos cristales oscuros se esconden unos ojos verdes. No son gafas discretas, sino más bien apuesta por estilos futuristas, de pantalla ancha al más puro estilo de las gafas Dior, de las que él se considera un acérrimo fan.
Los pañuelos también forman parte de su vestimenta. De colores, estampados, a juego con sus camisas se convierten en un complemento idóneo para romper con la sobriedad del traje y de esta forma lograr un resultado estético mucho más impactante. Cuando no son pañuelos, son corbatas, pero nunca ajustadas, siempre sueltas en una actitud de desenfado.
En cuanto a abrigos, su apuesta fuerte, dentro de los cánones de no vestir nunca claro, están las chupas de cuero las cuales últimamente tiene muy abandonadas y los abrigos largos, estilo parcas, que podemos encontrar en marcas como Yves Saint Laurent o Armani en su línea más desenfadada.
Peor aun así, con todo lo ecléctico de su estética y los cambios radicales que ha sufrido, siempre ha sido y será un estilo e icono a seguir, ya sea en el panorama musical como de la moda. Hay quien dice que intenta ocultar toda su imagen bajo accesorios pero, hay que reconocer que a Lenny Kravitz no le hace falta esconderse de nadie y, él solito, ha creado un estilo propio que tiene escuela.