Tan suave como el cashemere, una sospecha de dulzura espolvoreada de notas sutiles, así es L’Eau de Cashemere, un nombre de lo más evocador para un perfume protegido por un precioso frasco de cristal.
Después de su colaboración con Agnelle para dar vida a unos preciosos y sofisticados guantes perfumados, esta epopeya continúa con L’Eau de Cashemere que ha nacido para completar la colección de Eaux de Rituel.
En el 2006 se presentó L’Eau de lit, una composición floral, fresca y almizclada que se utilizaba para perfumar las almohadas, las cortinas o la ropa de cama. En el 2013, l’Eau de lingerie se convirtió en todo un ritual para la piel, irresistiblemente femenino y lleno de seducción.
Una sensual estela con acordes floridos y empolvados con los que poder perfumar la lencería de seda y de delicado encaje. Hoy, Thierry Wasser propone un gesto particularmente refinado que también se inspira en la historia de la marca.
Desde siempre, Guerlain fabricaba sur mesure fragancias para las más elegantes que perfumaban con ellas sus accesorios y modelitos. L’Eau de Cashemere está formulada con ingredientes de la mejor calidad, con acordes almizclados, de cítricos como la mandarina, la bergamota y la baya de rosa.
Teniendo en cuenta que la suavidad está siempre a la orden del día cuando uno se envuelve en una caricia perfumada, esta composición que es un twist entre suavidad aterciopelada y notas especiadas, desvela también notas amaderadas de cedro y de vetiver, que suavizan una vainilla formada por un dúo empolvado de almizcles blandos y de heliotropo.
El precioso elixir en versión cocooning capaz de yuxtaponer la materia a las fragancias de arte. Absolutamente adictivo.
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