Si hace unos años nos llegan a decir que la famosa zapatilla deportiva - esa que nuestras madres nos dejaba utilizar exclusivamente cuando hacíamos deporte -, iba a convertirse en la protagonista indiscutible del desfile otoño-invierno 2014-2015 de Chanel, estoy segura de que muchos pensarían que estábamos de broma.
Sin embargo, como muchas cosas en esta vida, la realidad supera la ficción. Sobre todo cuando va firmada por Karl Lagerfeld, que ha decidido hacer trascender la función deportiva inicial de este calzado, para que entre a formar parte - por méritos propios -, de nuestro guardarropa diario.
Durante el desfile Haute Couture primavera-verano 2014 celebrado el pasado mes de enero, el Káiser sacudió hasta los cimientos todos los códigos imperantes hasta la fecha al emparejar el símbolo por excelencia de la feminidad, el corsé, con la zapatilla deportiva.
Su propuesta, aunque sorprendente, parece haber sido del agrado de la mayoría, ya que para su nueva colección otoñal ha vuelto a repetir la fórmula a la hora de accesorizar sus nuevas creaciones.
Pero aunque estas deportivas mantienen su suela de goma gruesa, con la icónica doble C de Chanel, el diseñador ha utilizado materiales de lujo en la fabricación del resto de las partes: tweed con múltiples efectos (espigas, tejidos, bucles...), terciopelo, cuero laminado, agrietado o iridiscente, en distintas asociaciones dominadas por el negro y el rosa, anaranjadas, negro y oro, rojo y verde, rosa y plata, etc.
Estas deportivas de luxe se pueden llevar tanto con un traje de chaqueta como con unos leggings, un abrigo o un vestido de noche (¡acordaros sino de la princesa Carolina de Mónaco el día de la Fiesta de la Rosa del Principado!). Siguiendo con este mismo espíritu, los maestros artesanos zapateros las han declinado también tipo bota con cordones hasta la rodilla, en veinte combinaciones diferentes de telas y colores.
Está claro que las nuevos sneakers Chanel responden a todos los valores de la casa, y también a sus requisitos de calidad y de savoir-faire a la hora de fabricarlas. No hay más que observar su atención por el detalle y la energía que desprenden.
Pero, probablemente lo que haga que su diseño trascienda, conviertiéndolas en un objeto cult, sea el asociarlas a la imagen de un desfile que tuvo lugar en un supermercado entre latas de conserva y cestas metálicas para hacer la compra. Si Andy Warhol levantase la cabeza, seguro que aplaudiría esta visión tan Pop Art de Karl Lagerfeld. De lo que opinaría Mlle. Chanel, ¡ya no estoy tan segura!
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