Con las buenas temperaturas, nos es más fácil coger la moto para desplazarnos. Eso implica llevar un buen casco y también no saber qué hacer con él: en cuanto nos lo quitamos, ya es un engorro. LLevamos bolso o maletín, alguna bolsa si hemos ido de compras y sólo faltaba el casco. ¿Cómo lo llevas tú?
Claro, es que eres de los que no se lo quitan cuando llegan a destino. Con lo fácil que es colocar el cierre a presión y colgarlo del brazo, hay muchas personas que van a comprar el periódico o entran en el estanco con el casco a cuestas. Como un caracol, la casa a cuestas en la cabeza. Vamos a tener que evitarlo y cambiar esa costumbre.
Quitárselo es cuestión de segundos. Volverlo a poner, otro par de segundos. Lo sé, es un fastidio si llevas gafas o si estás de encargos rápidos y has entrado ya en cuatro comercios. Pero si no quieres parecer un extraterrestre a punto de conectar con la nave nodriza, haz este pequeño esfuerzo. Ganarás presencia.
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