¿Habéis oído alguna vez aquello de: "¿Qué fue primero la gallina o el huevo"? Pues viendo los carteles y el fashion film que Miuccia Prada y su equipo mandaron realizar para la promoción de la nueva fragancia, su Candy L'Eau, me surge la duda de si se inspiraron en la imagen de la actriz Léa Seydoux o si una vez que olieron la última prueba que dio vida a la nueva fragancia se les vino a la mente la suavidad y dulzura de Léa, y decidieron que sería ella, y sólo ella su embajadora.
En el visual que se ha utilizado como cartel se puede ver a la actriz, luciendo un flequillo imposible de llevar, pero que a ella no le sienta mal del todo, mirando fijamente al objetivo de la cámara, y con un ojo tapado como si fuese el parche de un pirata.
La actriz ha sido maquillada de forma muy natural. Su tez fresca, sus labios pintados de rosa palo y su pelo rubio proporcionan la perfecta luminosidad y telón de fondo a un original y divertido frasco que, visto de lejos y con un poco de perspectiva, me recuerda a un chinito tocado con el clásico sombrero de ala ancha y envuelto en un batín de seda.
Ese tono nude rosado que irradia la piel de Léa Seydoux es el mismo que han elegido los responsables de marketing de Prada para dotar al conjunto de una suavidad y dulzura muy acorde con la nueva fragancia.
El fresco y alegre encanto de Prada Candy L’Eau reside en su mezcla de notas cítricas y dulcemente adictivas. Ingredientes de una calidad excepcionalmente alta se unen para crear esta fragancia moderna y sofisticada, combinados por la perfumista Daniela Andrier bajo la dirección creativa de Miuccia Prada. Una voluptuosa trinidad de Almizcles Blancos, Benjuí y Caramelo se eleva a lo sublime con la presencia de vibrantes notas cítricas y florales.
La textura sedosa y apolvada de los Almizcles Blancos proporciona a la fragancia una personalidad sofisticada y sensual. La alta concentración de Benjuí, una resina recogida del Styrax, un árbol de los bosques de Laos, proporciona notas cálidas, exquisitas y balsámicas, que evocan una miel delicada con aroma de vainilla. Rico en notas de vainilla, el caramelo adopta el rol alegremente femenino de la fragancia, y ofrece un toque de originalidad dulcemente adictivo.
El acorde de Mandarina de Sicilia y Limón biológico desata una alegre explosión de vitalidad para los sentidos. Comienza nuestro viaje: las coloridas notas superiores proporcionando entusiasmo y ligereza a la fragancia.
El viaje se transforma ahora en una experiencia floral, ya que el corazón de la fragancia está lleno de un buqué oriental inspirado en el Pois de Senteur. La quintaesencia de la flor de primavera, el guisante ofrece una paleta fresca, bañándonos con su luz.
El frasco resplandece con sus tonos nude, su fondo curvado realza el líquido dorado de la fragancia. La banda con el refinado logo de Prada, y el dosificador en forma de media luna brillante, crean una sensación de luminosidad. La caja tiene también un tono nude. Un delicado ribete dorado añade un sofisticado matiz luminoso y encuadra la textura de apariencia Saffiano, rúbrica de Prada.
El logo de Prada Candy se sitúa atravesando la parte frontal, visiblemente de relieve sobre una franja negra brillante. Una vez abierta, la caja revela un elegante estampado Art Deco cuyas formas geométricas reflejan la semicúpula del dosificador y recuerdan el forro que se encuentra en los bolsos de Prada.
El fashion film dirigido por Wes Anderson y Roman Coppola se inscribe dentro del espíritu de la nouvelle vague del cine francés. Gracias a él, podremos ver a la dulce Candy dudando entre dos grandes amores. Un pícaro juego de seducción, de revialidad, con pastel de compleaños incluido. En resumen, ¡un festín para todos los sentidos!
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