La última campaña de Victoria´s Secret juega tanto a la confusión de géneros como ¿Victor o Victoria?, aquella famosa película protagonizada por Julie Andrews: parece un modelo masculino vestido de mujer, pero en realidad se trata de la modelo Rain Dove, conocida en la industria de la moda por sus rasgos tremendamente masculinos. Un juego de falsas apariencias que está dando mucho que hablar y que nos demuestra que la belleza no tiene sexo.
A Rain Dove le dicen muy a menudo que no parece una mujer. Debido a su altura y sus facciones masculinas en numerosas ocasiones le han tomado por un hombre o por un transexual y en su primer casting para la industria de la moda fue contratada para participar ¡en un desfile de ropa interior masculina de Calvin Klein! Para otras modelos hubiera supuesto un trauma, pero para Rain ha sido una gran oportunidad para demostrar que nuestra idea de belleza no tiene por qué estar siempre encorsetada en unos parámetros. Un gran ejemplo de cómo aprovechar un "supuesto" defecto y convertirlo en tu carta de presentación.
La marca Victoria´s Secret ha sabido ver el potencial de Rain y ha decidido darle el papel protagonista de una campaña de Navidad de lo más atípica que podría haber firmado David Lynch. En ella, la modelo aparece posando con la lencería de la firma y con la actitud sugerente marca de la casa, y, en paralelo, aparece su misma imagen en la que mediante un burdo Photoshop han montado el rostro de las actuales modelos de Victoria´s Secret. De esta manera sus rasgos masculinos resaltan mucho más y no queda claro cuál de las dos imágenes ha pasado por el retoque. ¿Es realmente una mujer? ¿O es un hombre al que le han puesto cuerpo de mujer? ¿Confuso, verdad?
Pero también una manera totalmente original de demostrar que no existen los estándares de belleza predeterminados y que nadie puede depender de la opinión de los demás para sentirse bien consigo mismo. La modelo sabe que ha arriesgado mucho al permitir esta sesión, pero también que es un riesgo que merece la pena si con ello puede suponer una diferencia para todas las personas que no se sienten atractivas porque no entran dentro de los estrictos estándares que marca la industria.
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