Jeremy Scott se lo pasa pipa y nos hace soñar con las Paper Dolls de Moschino de tamaño natural durante la Milán Fashion Week

Muñecas recortables para presentar las últimas tendencias. Sí, sí, de esas que de niñas dibujábamos sobre el papel, y que luego recortábamos para poderlas vestir intercambiando trajes y abrigos - que también habíamos diseñado para ellas - por medio de pestañas colocadas en puntos estratégicos. Una genialidad a la que ha recurrido Jeremy Scott con magistral ironía para atraer la atención y despertar la curiosidad hacia sus creaciones para la próxima primavera-verano 2017.

Hay un refrán que nos anima a eso de pensar a lo grande. Viendo desfilar a las modelos transformadas en Paper Dolls de tamaño natural es como si el diseñador americano hubiese decidido rememorar su infancia, diseñando preciosos trajes coloreados en sombreados con lápices de colores, fácilmente intercambiables. Seguro que nunca se divirtió tanto jugando con muñecas recortables.

Por medio de la técnica del trampantojo aplicado con aerosoles, el diseñador ha hecho desfilar prendas pintadas con motivos recurrentes que recuerdan mucho a los recortables que algunas de nosotras todavía continuamos coleccionando (¿verdad Rebeca Rus?).

El desfile dio comienzo con un traje largo ajustado al cuerpo de estilo lencero sobre el que habían dibujado corsetería propia de pin-ups en color negro. Las Paper Dolls de Moschino desfilaron por la pasarela luciendo vestidos blancos que recordaban a los de Marilyn Monroe, prendas sexy que no tenían nada que envidiar a las de Jessica Rabbit, por no mencionar las maravillosas propuestas para la noche en colores verdes esmeralda o azul Klein.

Pero tampoco faltaron los lunares rojos y negros, las cadenas, y el símbolo de la paz que forman parte del ADN de la marca; sólo que las joyas estaban pintadas, las perlas eran planas y los famosos frascos de los ositos que custodian el perfume de la marca sólo se pueden ver en dos dimensiones haciendo gala de un espíritu tan subversivo como irónico, absolutamente dadaísta que a mi, personalmente, me ha rechiflado.

Las resto de las prendas sportswear con sus logos, el denim lavado a la piedra etc. proporcionan una percepción 3D sobre una realidad en dos dimensiones que sugiere una evidente huida de la realidad, todo pasado por el filtro Moschino, ¡obviamente!