La reina de la diastema, del grunge de los 90 que vivió y cantó con un Lenny Kravitz pirrado por sus huesos, la princesa del objetivo fotográfico de Karl Lagerfeld y reina del corazón de Johnny Depp.
Nos descubrió que se podría ser grunge y femenina, sexy con las camisas de leñador de la época y unos jeans gastados y con los años, que una francesa podía llevar al altar, sin anillo, al díscolo e increíble Johnny Depp. Una no lo puede evitar, siempre ha tenido debilidad por ambos y cuando unieron sus almas en una, la cosa se convirtió en adoración.
¿Quién no recuerda sus tiempos mozos, ese “soy musa del grunge francés y si Cobain me conociese sería más feliz“?.
Ella era el bohemio chic de los 90 en estado puro y así lo explotó, convirtiéndose en la Jane Birkin de la época al cantar con el Kravitz y tararear cual pajarito francés. Con los años se refinó en sus apariciones en la alfombra roja y editoriales de moda y continuó en la misma línea en su vida privada.
Y si bohemia era décadas atrás, bohemia se quedó, al igual que su pareja. Sus looks un tanto extraños en ocasiones, reflejan personalidad, ese “hago lo que me viene en gana “ de los genios y que sólo las grandes bellezas se pueden permitir. No nos engañemos, aunque se pusieran una bolsa reciclable de algún súper de cuarta como indumentaria, sería cool.
Muchos lo intentan pero sólo ellos lo consiguen, (sus más firmes apuestas en la alfombra roja suelen decantarse por Chanel y su íntimo Karl Lagerfeld). Vida y estilo van a la par en su caso y si el Depp parece no venderse y elegir siempre papeles que reflejen su personalidad un tanto excéntrica…eso mismo es lo que reflejan en sus apariciones públicas en las que son pillados “in fraganti”.
Lo que en otros podría ser “un mal día”, yo lo encuentro del todo adorable. ¿Soy la única?
Su toque “pareja joven del East Village neoyorkino“ les lleva a que camisetas, vaqueros y cierta intención macarra sea su estilo preferido cuando las luces de neón se apagan.
Fotos| Aceshowbiz, Daily mail
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