Ayer, la Breast Cancer Research Foundation organizó una fiesta Hot Pink en Nueva York. Una de las celebrities que no dudó en acudir a esta cita para apoyar con su presencia tan importante causa fue la actriz Elizabeth Hurley. Yo no sé si a vosotros os pasa lo mismo, pero siempre que veo a esta chica posar delante de un photocall o pisar una alfombra roja pienso que aunque siempre está perfecta también va siempre igual.
Abrir el vestidor de Liz tiene que ser como encontrarte delante de un escaparate multicolor del mismo vestido declinado hasta el infinito. La actriz, que según su ex Hugh Grant dejó de comer hace ya muchos años, sabe que los fourreaux se le ajustan al cuerpo como si fuesen una segunda piel, y que le sientan estupendamente.
En todas estas variaciones sobre el mismo tema - desde que la descubrimos por primera vez con un Versace negro sujeto con unos imperdibles gigantes - lo único que varía suele ser el escote y si el vestido lleva o no una apertura para poder andar y también para presumir de pierna, of course!
En este caso, al tratarse de un vestido con corte sirena pero con un poquito de cola no hizo falta apertura ninguna. Este cuello palabra de honor transformado en halter le sienta muy bien a la Hurley, quien estaba radiante con su larga melena ligeramente ondulada al viento.
Para adornarse, la actriz optó por unos pendientes rivière que le caían en cascada y un brazalete de diamantes a juego con un clutch rígido plateado inspirado en las formas del origami.
Fotos | Cordon Press
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