Hoy nos hemos despertado con una instantánea de Naomi Campbell vestida de esta guisa. Y es que como dicen en redes sociales, la modelo es la reina de la higiene. Hace tiempo demostró que era una maniática de la limpieza haciendo pública su rutina para viajar segura dentro de un avión (algo muy loco). Pero dejando este tema a parte, sendas instantáneas nos han hecho pararnos a pensar sobre el momento que está viviendo el mundo de la moda en relación con el coronavirus.
Hace semanas que notamos una tendencia entre las fashionistas: las máscaras de protección facial. Pero no aquellas que se agotan en las farmacias, sino versiones lanzadas por las principales tiendas de lujo. Véase los modelos de Gucci, Louis Vuitton, Fendi y Off White o incluso, las versiones customizadas que hemos visto de Chanel en la Semana de la Moda.
La mayor parte de nosotros no consideramos que una mascarilla facial sea un complemento de moda, pero el que estén cada vez más arraigadas en nuestra vida cotidiana, está consiguiendo que lo sean. Según explicó la historiadora de moda Kimberly Chrisman-Campbell a NBC News, "cuando la ropa protectora se convierte en una necesidad, rápidamente se pone de moda" y "una vez que estas cosas se vuelven ubicuas, la gente inmediatamente comienza a tratar de ganar dinero con ellas".
En Asia llevar mascarilla para defenderse de enfermedades, contaminación o sistemas de reconocimiento facial es de lo más común, se convirtió en algo normal desde la infección con el virus del SARS en 2003. Y numerosos diseñadores chinos como Masha Maand Yin Peng han sacado modelos de alta costura en pasarelas. Los diseños de las marcas más famosas han sido los siguientes.
Eso sí, la eficacia de estos modelos de firma para cualquiera de estos fines es cuestionable, lo que hace que su uso se aleje más de un fin utilitario y se acerque más a uno estético.
Billie Eilish fue de las primeras en lucir una mascarilla como como accesorio de moda urbana en los últimos Grammy. Y ahora el brote del Covid-19, conocido como coronavirus, ha hecho que muchas celebrities se unan. Algo que responde a este fin decorativo que comentábamos, pero puede pecar de infundir miedo a la sociedad.
No serán necesarias para protegernos del virus, pero muchas VIPS demuestran que no les vale una mascarilla que no sea de marca. La histeria del holocausto se desata y las famosas ahora quieren marcar tendencia sobre cómo vestirse en una epidemia. Por eso debe ser que las mascarillas han pasado de ser algo estrictamente sanitario a ser un producto de moda.
Según datos de búsqueda de Lyst, el interés por las máscaras de protección facial ha aumentado un 147% con respecto a enero de este año. Después de que Billie Eilish luciera una en los premios Grammy, la demanda aumentó un 42% en 24 horas. Durante el mismo periodo posterior a la entrega de los premios, el interés en Google se disparó en un 200%.
Off-White lidera la lista de las marcas de máscaras más populares en Lyst, con un 334% más de búsquedas que en el mes anterior, seguido de Bape (+ 167%), Nike (60%), Louis Vuitton (+ 24%) y Marcelo Burlon (+10%).
Sus precios rondan los 100 y 200 euros (la versión de Off White es la más barata pues solo cuesta 70 euros) y la tendencia que más abunda en ellas es la logomania. Todas están confeccionadas en tela y tienen el monograma de las firmas.
Esta tendencia invita a la reflexión. En cierta manera, la moda es eso, llamar la atención, pero ¿deberíamos encontrar el límite? Todo esto podría considerarse una banalización de la enfermedad. Aunque por otra parte, siendo positivas, puede que ayude con respecto a la concienciación de la gente sobre las medidas de seguridad del virus.
Fotos | @naomi, Gtres, Fendi, Louis Vuitton, Off White, @ursulolita, @gwynethpaltrow, @roikashi