Que leer es un placer maravilloso es algo que ya sabíamos. Pero, además, algunos estamos firmemente convencidos del poder terapéutico de la lectura. Los estudios científicos lo avalan, hasta el punto de considerar que la lectura puede curar enfermedades y alargar la vida. Pero ¿cuáles son esos males que nos pueden acechar en nuestra vida diaria y qué libros pueden ayudarnos a sobrellevarlos? Estos ejemplos son un buen comienzo, para inyectarnos sus páginas como un chute de felicidad que nos haga olvidar durante un rato lo que nos duele.
Un mal día en el trabajo: Hagámoslo, de Richard Branson
¿Quién no ha llegado alguna vez a casa después de un día horrible en la oficina y ha sentido la necesidad imperiosa de dejarlo todo? Hagámoslo, el best-seller del fundador del grupo Virgin, Richard Branson, gira en torno al concepto de reinvención. Si nos encontramos bajos de ánimos laborales, puede ser un subidón echar un vistazo a los consejos de quien ha conseguido el éxito en su carrera para encontrar en el cambio nuestro punto de partida para una vida mejor.
Un cumpleaños que no nos apetece celebrar: Los puentes de Madison County, de Robert James Waller
Cumplir años no siempre es fácil, sobre todo cuando la sociedad nos hace creer que se nos ha pasado ya el momento de hacer ciertas cosas. Los puentes de Madison County es un canto a la pasión a cualquier edad. La historia de Francesca, una mujer con una vida muy convencional, y Robert, un trotamundos que vive al día, nos convierte a todos, mientras lo leemos, en jóvenes de espíritu, independientemente de la edad que marque nuestro DNI.
Si sientes que necesitas reiniciar tu vida tras un gran bache: La gente feliz lee y toma café, de Agnès Martin-Lugand
Difícil imaginar una crisis vital peor que la que vive Diana, la protagonista de La gente feliz lee y toma café, tras la muerte de su marido y su hija. En medio del dolor, decide marcharse lejos y acaba conociendo a personas que consiguen sacarla de su indolencia vital. Porque el pasado puede ser terriblemente doloroso, pero cada día es un nuevo comienzo que nos da la oportunidad de reconstruirnos.
Cuando tenemos que romper con una amiga: la tetralogía de Nápoles, de Elena Ferrante
La amiga estupenda, Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y La niña perdida son las cuatro novelas que componen la tetralogía de Nápoles, de Elena Ferrante. Quien los haya leído sabrá de su poder adictivo, que los ha convertido en un fenómeno que acabará convertido en serie de televisión. En ellos, vemos los altos y bajos en la relación de Elena y Lila, sus dos protagonistas, y aprenderemos valiosas lecciones sobre las amistades sanas, las tóxicas y esos duros momentos en que la ruptura de una amistad se puede convertir en algo tan duro como una ruptura amorosa.
Para viajar cuando la vida real no lo permite: A cien millas de Manhattan, de Guillermo Fesser
A veces las circunstancias de la vida no nos permiten viajar... aunque nos apasione. Y hay pocas formas mejores de recorrer mundo sin movernos del sillón que a través de un buen libro. A cien millas de Manhattan, de Guillermo Fesser, nos acerca a la realidad cotidiana del Nueva York que no sale por la tele, que no conocemos en una visita rápida, pero que tiene la capacidad de enamorarnos y hacer que deseemos comprar un billete en el mismo momento en que leemos la palabra «fin».
Cuando necesitamos reconectar con el niño que fuimos: la saga Harry Potter, de J.K. Rowling
Siempre es un buen momento para leer (o releer) los siete libros que componen la saga Harry Potter, pero esos días en que necesitamos reconectar con el niño que fuimos son la ocasión perfecta. Porque reviviremos los días en que descubrimos a Harry, Ron y Hermione, porque volveremos a enamorarnos de su amistad, de la magia y, sobre todo, porque nos hará creer que un mundo mejor es posible.
Cuando queremos recuperar el apetito: Como agua para chocolate, de Laura Esquivel
Si algún disgusto se nos ha llevado el apetito, pocas novelas como el best seller de Laura Esquivel, Como agua para chocolate, para ayudarnos a recuperarlo. La cocina y la familia son los dos grandes protagonistas de una de las novelas latinoamericanas más importantes de finales del siglo pasado, y casi sentiremos que estamos saboreando los platos que prepara Tita mientras nos sumergimos en sus páginas.
Si no te sientes bien contigo misma: El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding
Sí, es un clásico. Y sí, probablemente todos lo hemos leído ya. Pero es que El diario de Bridget Jones sigue siendo el mejor chute literario de optimismo que conocemos. Aunque el trabajo no nos sonría, aunque nos sobren kilos de más, aunque el amor nos rehúya y aunque una sopa nos salga azul. Con humor, buen rollo y grandes amigos, podemos recuperar esa autoestima que a veces parece darnos la espalda.
Cuando te encuentras en medio de una sequía sexual: Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer
Imaginación al poder. Si llevamos una temporadita de sequía sexual, la creatividad puede ser nuestra mejor aliada. Y los libros nos pueden enseñar a conocer diferentes formas de amor y sexo que quizá nunca nos habríamos planteado en la vida real. En Contra el viento del norte, nos encontramos con una relación epistolar entre dos personas que no se conocen físicamente, pero lo hacen a un nivel mucho más íntimo y personal.
Si estamos pasando por una ruptura: Alta Fidelidad, de Nick Hornby
¡Ay, qué mal nos lo hacen pasar las rupturas sentimentales! Esos momentos de desolación emocional son perfectos para dejarnos atrapar por la trama de un libro que nos haga desconectar de todo. Con Alta fidelidad, volveremos a enamorarnos, aunque solo sea del propio concepto del amor. Y de la música, claro. Viviremos en carne propia las desventuras de Rob, su protagonista, con quien seguro que encontraremos razones para empatizar.
O si el amor nos da la espalda: De cómo Stella recobró la marcha, de Terry McMillan
De cómo Stella recobró la marcha nos cuenta la historia de Stella, recién divorciada más allá de la frontera de los cuarenta, con un hijo a su cargo y un trabajo que no le deja tiempo para volver a buscar el amor. No es feliz con su vida y ha perdido las ganas de divertirse, pero, a lo largo de las páginas de su libro, iremos viendo cómo se recupera a sí misma. Un libro perfecto para no perder la esperanza, teniendo muy presente que, antes de pensar en querer a otros, debemos querernos a nosotros mismos.
Si no sabemos qué hacer con nuestras vidas: Come, reza, ama, de Elizabeth Gilbert
¿Quién no ha vivido alguna vez ese horrible momento en que no sabemos por dónde tirar en la vida? En el trabajo, en el amor, en la amistad, en la familia... Come, reza, ama, de Elizabeth Gilbert, es un libro que nos muestra el viaje de autodescubrimiento de su protagonista a través de diferentes países tras un divorcio traumático. La lectura ideal si nos decidimos a tomar las riendas de nuestra propia felicidad.
Cuando el cuerpo nos pide una buena llorera: Tokio Blues, de Haruki Murakami
Murakami no es solo el eterno candidato al Nobel de Literatura, sino también el creador de una novela, Tokio Blues, que no deja indiferente a nadie que decida introducirse en la desgarradora historia de amor y dolor que se narra en sus páginas. Cuando tenemos uno de esos días tontos en que todo parece solucionarse pegándonos un buen atracón de llorar, esta novela puede ser una buena aliada. Pañuelos de papel a mano, por favor.
O reír a carcajadas: Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza
Llorar puede estar bien por momentos, pero lo que verdaderamente es básico para ser felices es reír. Reír a carcajadas. Y, en eso, se lleva la palma Sin noticias de Gurb, la surrealista novela de Eduardo Mendoza sobre un extraterrestre que aterriza en la Barcelona preolímpica y recorre la ciudad transfigurado en el cuerpo de Marta Sánchez. Seguro que cualquier mal día se convierte en uno mejor si nos decidimos por su lectura.
Y cuando necesitamos que nos recuerden la importancia de la vida: Recuerda que vas a morir. Vive, de Paul Kalanithi
Al final, por muy duro que se haya puesto un día, lo más importante es saber que estamos vivos. Que sí, puede parecer un tópico de manual, pero, si quien nos lo dice es Paul Kalanithi, la cosa cambia. Porque Paul Kalanithi era un neurocirujano que, a los 36 años y en el mejor momento de su carrera, recibió un diagnóstico de cáncer de pulmón al que no sobreviviría. Él perdió la batalla contra el cáncer, pero ganó la de la posteridad, dejando escrito un libro en el que promueve que vivamos el presente, el aquí y ahora, valorando a las personas importantes de nuestras vidas y sabiendo sacar lo bello incluso de los momentos más difíciles.
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