¿Recuerdas cuando durante la pandemia comenzó el servicio de Chat Therapy? Qué tiempos aquellos en los que todavía no nos habíamos enterado de que tenían a sus trabajadores explotados y al final terminaban necesitando terapia ellos también... ¿Cuánto duró?, ¿una semana?
Lo que me trae hoy por aquí es que una mañana estaba simpática la reunión de redacción y decidimos hacer una prueba conmigo como conejillo de indias: iba a probar Chat GPT, que todo lo sabe, como terapeuta para después escribir al respecto. Ni que decir tiene, más aún como usuaria de profesionales de la salud mental, que esto no es más que un chascarrillo y que no hay ciencia infusa detrás, pero resulta curioso como sí que da respuestas obvias que a veces no somos capaces de ver.
El punto de partida
Temazo de Rocío Jurado. Lo primero que le pregunté a nuestra inteligencia artificial favorita, casi tan famosa como Victoria Federica, que se ha teñido las cejas de rosa, fue lo siguiente:
Y oye, sincero fue, hemos de decirlo. Aquí no hay enamoramiento que valga como en H.E.R. o cariño, como en A.I. Inteligencia Artificial. El siguiente paso era obvio: preguntarle cuándo creía que se debía recurrir a terapia:
Y oye, muy acertado, 10/10, cuando yo comencé los cumplía todos. Solo con esto ya se ha ganado el honor de que David Bisbal lo llame máquina (guiño, guiño, codazo, codazo).
Los límites y saber decir que no
Contando con lo anterior, subí el nivel de intensidad otro día. Uno de mis problemas reales favoritos y de los primeros que exploré con mi psicóloga: el poner límites y saber decir que no en todos los aspectos de mi vida, algo que me afecta especialmente en el plano profesional. ¿Y qué tendría la inteligencia artificial que decir sobre ello? Porque una cosa es que escoja nuestra próxima escapada y otra muy distinta que resuelva cuestiones más profundas.
¿Que a lo mejor es un poquito turras? Pues oye, puede que sí, pero razón no le falta en sus afirmaciones, porque básicamente muchas son las mismas que nos puede decir una amiga cuando le soltamos todos los dramas del mundo de una. La evolución del "no te rayes tía" que tantas veces habríamos necesitado.
Pero claro, por mucho que se lleve el rosa este año, uno de los colores en tendencia de esta primavera-verano, el mundo no es así. No todo es coser y cantar, por lo que yo vi que había que darle un poquito más de caña y terminó con un broche muy Mr.Wonderful: "Es posible que tu jefe valore tu capacidad para establecer límites saludables y respete tu disposición a mantener un equilibrio adecuado". Jaja no, ¿qué ha pasado? Querido, ¿no crees que tú que si yo hubiera pensado eso de la persona que era mi superior habría sacado el tema en lugar de levantarme llorando y acostarme llorando cada día? Así que déjame decirte que esa es tu opinión.
Autoexigencia
La sombre del ciprés es alargada y la del síndrome de la impostora, así, en femenino, también: una carrera, un máster, un curso de experto, inglés, dos diplomas, experiencia profesional... Pero total, ¿qué voy a saber yo? Sí, a ti también te ha pasado y esto es lo que opina Chat GPT.
¿Que al igual que antes cumplía yo con todo esto? Pues sí, ¿que parece que en vez de sobre una persona está hablando de un estudio de marketing en la segunda parte? Pues también, no te lo voy a negar, pero él ya me lo ha dicho antes, que no tiene emociones, como cualquier ex de tu adolescencia.
Bueno, y encima al final se queda a medias, pero es que necesitaría ir a por un vasito de agua, qué le vamos a hacer. Seguro que es la primera vez que le pasa.
Perritos
Puede que esto no tenga sentido para ti, pero para mí ha sido uno de los mayores símbolos de cambio durante mi terapia con mi psicóloga real, no con ChatGPT, que mejor lo dejamos para escribir tres finales alternativos de Los Serrano.
Desde pequeña he sentido un miedo irracional a los perros: nunca ninguno me había hecho nada, pero prefería ser atropellada a pasar por al lado de ellos. No es literal, pero ha estado a suceder muchas veces. Sin embargo, desde que comencé la terapia y fui consciente de mis diferentes problemas, eso milagrosamente (no, que va, no fue así, fue reflexionando, compartiendo mis vivencias y pagando las sesiones) comenzó a cambiar, ya que además siempre me han parecido monísimos.
La conclusión a la que he llegado, aunque no creo que sea la única motivación, es que en gran medida este miedo se debía a una falta de control de la situación al ser el perro un animal y no saber cómo va a reaccionar en cada momento. ChatGPT me ha dicho esto:
¿Conclusión? Pues que aunque sus razonamientos se acerquen a la teoría y lo sepa todo de memoria mediante códigos, esto es solo para pasar el ratito, porque aunque esté hecho por un equipo de personas, ChatGPT es una máquina y cuando se trata de salud mental, conectar con quien te va a ayudar es fundamental.
Cualquiera podía saber esto de entrada, pero quizás tengamos que verlo de forma global para ser conscientes de que sí, puede que este tipo de tecnología acabe cambiando nuestra forma de contar historias, pero la chispa, el brillo de los ojos del que hablaba Lola Flores si quieres, no va de la mano de un montón de dígitos.
Fotos | Pixabay y ChatGPT
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