Lo primero que os confesaré es que me encanta planchar. Sí, lo reconozco ampliamente y sin remilgos. Es una de las tareas caseras que tiene la capacidad de relajarme y me gusta llevar a cabo, me gustan los resultados y me hace sentir bien. De hecho, os diré que soy de las que lo plancha todo (excepto la ropa interior, pero porque no me gusta cómo queda, principalmente) desde camisetas, camisas, pasando por toallas, sábanas o fundas nórdicas… hasta los trapos de la cocina.
Y ya puestos a confesar, reconozco que con la ropa soy muy maniática y nunca me pongo algo que no esté bien planchado, si tiene arrugas indeseadas fruto de que las guardé o colgué mal, las vuelvo a planchar. Bien es cierto que, por mi profesión más allá de estas líneas, tengo que guardar una estética muy cuidada y la ropa dice mucho, además de que a mí me gusta llevarla impecable.
Pero más allá del aspecto estético, también me produce satisfacción y cierto placer personal sentir esa ropa planchada: meterme en una cama recién hecha con las sábanas limpias (o funda nórdica en mi caso), planchaditas, con mi pijama también impecable… qué queréis que os diga, se duerme y descansa de manera diferente.
Efectivamente, soy consciente de que planchar supone invertir tiempo y esfuerzo. La parte buena es que vivo sola y, únicamente, me dedico a mis prendas, pero aún así suelo acumularlas y, el día que me pongo, un par de horitas de pie pasando la plancha de lado a lado no me las quita nadie, por lo que cualquier cosa que pueda ayudar a maximizar el tiempo (una cosa es que me guste y otra que no pueda estar haciendo algo mejor), bienvenido sea.
Siempre se suele decir que las camisas son lo que más pereza da y no lo discuto, pero normalmente depende del material con que estén hechas. Y es que hay algodones que son muy sencillos de planchar, mientras que otros se te resisten muchísimo (y desesperan) y qué decir de materiales como el lino que no hay manera de que quedan bien.
Por esta razón, además de contar con una buena plancha (os diré que la mía es normalita, no es ni siquiera un centro de planchado, pero me va bien) siempre suelo tener a mano dos aliados: un vaporizador de agua y, para casos más extremos, un spray especialmente indicado para eliminar las arrugas. En mi caso, siempre he comprado el famosos Toke de toda la vida por ser un apresto realmente bueno.
Pues bien, desde hace una temporada, se ha viralizado absolutamente el spray de planchado de Mercadona recomendado también por la OCU, que promete ayudar a eliminar las arrugas de la ropa sin esfuerzo y, como no podía ser de otra manera, he decidido ponerlo a prueba y comprobar por mi misma y en mi propia ropa qué tal funciona.
Se trata de un spray pulverizador que cuesta 1,95 euros, lo cual es un punto a su favor porque el Toke ya cuesta 5,59 euros en El Corte Inglés o 5,45 euros en Carrefour, y su fórmula contiene esos tensioactivos que ayudan a hacer más fácil eso de eliminar arrugas.
En cuanto a su aplicación, hay que tener que hay tejidos que están excluidos como las viscosas, seda…. y todos aquellos más delicados. Por lo tanto, para el algodón, lino y similares está perfectamente indicado.
Como os he dicho, se trata de un spray pulverizador con una bruma que no es muy uniforme (incluso haciéndolo con cuidado), de manera que corres el riego de humedecer demasiado el tejido teniendo que pasar la plancha varias veces más para que se seque del todo, a la vez, que haya zonas a las que no le apliques. Como bien podéis ver, es muy irregular su aplicación. Aquí, sin duda alguna, el pulverizador de mi producto habitual es muchísimo mejor porque es una finísima bruma uniforme, que requiere poco producto y que, además, no humedece el tejido.
Un punto a favor es que tiene un aroma muy agradable, mucho mejor que mi Toke de siempre. No es un aroma que perdure mucho en la ropa, pero es muy agradable.
Y metiéndonos en harina ¿realmente funciona contra las arrugas? Sí, pero no me emociona. Es decir, ayudar ayuda, pero tampoco para generar la locura que se ha generado. Para las que estamos acostumbradas a planchar, conocemos las características de nuestra ropa y sus necesidades, ya tenemos ojo para ver dónde necesitamos ayuda y dónde no.
Utilizado el producto en el de la derecha, sin nada en el de la izquierda
He comparado el planchado de los dos almohadones de un juego de nórdico aplicando en uno el producto y nada en el otro. ¿La diferencia? Prácticamente imperceptible. ¿Tiempo de planchado? Al final, el mismo porque, como os comentaba antes, dado que su aplicación es muy irregular humedece el tejido y, por lo tanto tengo que pasarlo varias veces porque sino deja la sensación como “de cerco”. No mancha, pero da esa sensación.
Cuando la OCU habla de que "nuestros resultados indican que estos productos no solo son capaces de alisar las arrugas sin tener que planchar, sino que también mejoran la calidad del planchado cuando se utilizan junto a una plancha de vapor de manera significativa" diría que "alisar las arrugas sin planchar" se debe a que evidentemente la prenda se moja y visualmente parece que se estira, pero no porque esté planchada, pero es que además si se utiliza vapor "de manera significativa" obviamente, como experta en planchado que soy como podéis imaginar, os diré que se alisa hasta la arruga más marcada, pero ya solo por acción del vapor.
Pero es que más allá de lo que dice la OCU, como dato os diré que yo suelo planchar siempre en el modo vapor activado porque me resulta más sencillo eliminar las arrugas de todo y mucho más rápido. Pues bien, precisamente, me he dado cuenta que si aplicas el spray es mejor pasarla en seco, sin vapor, porque como la ropa se humedece demasiado, con el vapor cuesta mucho más que esa humedad se vaya (lógica aplastante) por lo que el tiempo invertido, al final es mayor.
Para las camisas más rebeldes reconozco sí que ayuda, pero como lo hacen otros productos, incluso como lo hace el propio agua pulverizado que siempre suele ser mi primera opción antes de pasar a ayudarme de un producto específico. Aquí os recomendaré los pulverizadores que se pusieron de moda para las melenas curlys y que son buenísimos por el tipo de bruma porque es muy fina, no moja, es muy uniforme y solo cuestan 8,99 euros, añadimos agua y listo.
URAQT Botella Pulverizador Agua Peluqueria, 200ml Fina Niebla Pulverizador Continuo, Botella de Spray para el Cabello Recargable, Frascos de Spray Vacio para Peinado, Plantas, Mascotas, Limpieza
Las sábanas me han quedado bien, sí, pero creo que introducir este producto siempre que las planche puede ser un gasto muy importante. Hay que tener en cuenta que una funda nórdica que cambio como máximo cada 10 días y que se compone de la funda del nórdico, la sábana bajera para una cama de 1,50, dos almohadas y dos almohadones, es demasiada tela y, por lo tanto, se traduciría en demasiado gasto usarlo en todo. Además, sí, me gustan las sábanas bien planchadas, pero tampoco es que mi casa sea un hotel de cinco estrellas, las cosas como son.
Ante todo y siendo francos, hay que tener en cuenta que la clave de que la plancha no sea un martirio está en colgar bien la ropa, por lo que las perchas y los buenos tendederos van a ser los verdaderos aliados para que luego no nos tengamos que pelear con las arrugas en exceso (salvo esos tejidos que son desagradecidos por naturaleza, las cosas como son).
Tener a mano este producto de Mercadona como opción para aplicar en determinadas prendas que son más complicadas de quitar las arrugas, está bien como alternativa low cost, pero tampoco es que sea milagroso o, al menos, a mí no me lo parece.
Conclusión, utilizar, lo utilizaré porque lo tengo y como se suele decir “a falta de pan, buenas son tortas”, pero dudo que lo vuelva a comprar ya que prefiero mi alternativa de siempre que no solo ayuda a eliminar las arrugas, sino que también concede a la ropa cierto apresto, cosa que no hace el de Mercadona.
Además, dado que es un producto que no uso en exceso porque, como he comentado, mi primera opción y la que me suele funcionar bien es el agua pulverizado, prefiero invertir un poco más en tener uno que realmente me gusta su modo de aplicación, su acabado, que ayuda realmente bien a quitar las arrugas y que concede cierta consistencia a los tejidos para intentar mantenerlos firmes más tiempo.
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