Hasta hace bien poco teníamos la impresión de que no había nadie en el mundo como nosotros, de que todos éramos realmente únicos y especiales. Pero no hace falta indagar mucho por internet para empezar a descubrir clones como setas. Y descubrir que en la otra punta del mundo existe una persona igualita, pero igualita, oyes, que Zutanita o que Menganita. En resumen, que en realidad no somos tan especiales como nos pensábamos. Ni las celebrities.
Hace tres o cuatro años mis padres se apuntaron a un tour por Europa y a su vuelta vinieron a mi casa emocionados: “hemos conocido en Praga a una chavala igualita que tú, pero igualita. Igualita. En serio”. Quitando que mis padres son tirando a exagerados y que hace mucho tiempo que no me considero una chavala, aquello me dio mucho por pensar. ¿De verdad viviendo en Praga existía una mujer que se parecía a mí? ¿Y sería la única o habría diversas copias de mi físico pululando por el mundo?
Me parecía imposible que hubiera alguien que se pudiera parecer a mí de la manera en que ellos lo describían, pues yo no soy más que una combinación un tanto azarosa de sus rasgos: pequeña como mi madre, con las orejas toledanas de mi padre, con los ojos saltones de una de mis tías maternas, el pelo igual que mi abuela paterna, etcétera, etcétera. Pero no creo que eso sólo suceda en mi caso.
Al fin y al cabo todos somos el producto de una milagrosa combinación genética, pero ¿cuántas posibilidades hay de que se repita esa combinación? Teniendo en cuenta que hemos superado la cifra de siete mil millones de seres viviendo en el planeta, no es de extrañar que haya alguna que otra casualidad en el terreno de la lotería genética y nos parezcamos a más personas de las que nos creemos.
Como el tema me interesaba más de lo que creía, me puse en contacto con Inmaculada Segura, doctora en Biología, que me expicló que todos los genomas humanos son casi idénticos, del orden del 99,5% (del 99% al 99,9%). Vamos, que la secuencia de las bases del ADN (acido desoxirribonucleico) es casi idéntica. Según la doctora Segura, la mayoría de las variaciones en secuencia que existen entre los distintos genomas humanos (esto es, entre distintas personas) recae en los llamados SNPs ("single nucleotide polymorphisms” o polimorfismos de un unico nucleotido) y las CNV (“copy number variations” o variaciones del numero de copias). Se calcula que hay un SNP por cada 1000 bases (esto se traduce en unos tres millones de SNPs entre dos personas al azar), aunque este numero se reduce en personas que pertenecen al mismo grupo étnico.
Algunas de estas variaciones (que no mutaciones) se corresponden con características fisiológicas determinadas. En el caso de que intervengan en un determinado rasgo, cuanto mas SNPs y CNVs compartan dos personas que no están relacionadas, más parecidas serán.
Sin embargo, la doctora Segura nos aclara que no todo es tan sencillo, porque a parte de la genética, la expresión de los genes esta controlada por la epigenética, que son modificaciones que se hacen en los genes y que, aunque no cambian su secuencia, si que alteran la expresión (frecuencia, cantidad,… de las proteínas que se expresan) de los genes.
Por eso, aunque dos personas compartan una gran silimilitud en secuencia (incluso en los SNPs ay los CNVs) es posible que no se parezcan debido a diferencias epigenéticas.
Además, también nos recuerda que hay que tener en cuenta que no somos solo genes y que el ambiente también nos modela. Estamos hablando de la dieta, del tabaquismo, del estrés... o de algo tan popular como los tintes del pelo.
Vale, la ciencia me da unas pautas, pero yo seguía teniendo dudas sobre si en el mundo real hay tantos clones o son las redes sociales que me confunden y me dan la impresión de que somos todos igualitos.
No debo ser la única que se hace este tipo de preguntas porque hace un año aproximadamente Reddit lanzó a sus usuarios una petición: que si pensaban que se parecían a alguna celebrity les mandasen selfies. La respuesta fueron 13.000 imágenes individuales. Y 13.000 personas que querían demostrar que eran iguales que Emma Watson o Ryan Gosling.
13.000. Eso es un montón. Pero no son los únicos. A diario es realmente fácil encontrar noticias en las redes sociales sobre tal o cual persona en no sé qué rincón del planeta que es igualita que Kim Kardashian, que Cara Delevigne o que Audrey Hepburn.
Como por ejemplo, esta chica danesa, que es calcada a Harry Syles y a la que los miembros de One Direction descubrieron a través de Instagram. Sí, porque no hace falta ser del mismo sexo para tener las mismas cejas, los mismos ojos, la misma expresión o una forma de sonreír idéntica.
No es el único caso de un parecido increíble entre personas de distinto sexo.
Imagina: ser igual que un famoso. Parece que está llenito de ventajas: posibilidades de colarte en las fiestas más exclusivas, todo tipo de regalos, invitaciones,... pero también imagina el agobio de que te reconozcan por la calle. Aunque siempre podrías trabajar de doble profesional y hacerte con un sueldo fijo. O como especialista de cine, ¿verdad?
Pero no caigamos en el error de pensar que estas cosas solo le suceden a los famosos. Yo estoy realmente impresionada con la historia de Neil Thomas Douglas, un fotógrafo de Glasgow que un día se subió a un avión y en el asiento de su derecha había sentado un señor igualito que él, tan parecido que no pudieron evitar hacerse esta foto para subirla a Twitter y su historia fue noticia a nivel mundial.
El caso es que a mí todo esto me ha dado para pensar mucho. Las redes sociales han conseguido acercarnos al resto del mundo y hacernos ver que sí, que seremos millones y millones de personas, pero que en el fondo nos parecemos mucho más de lo que nos gustaría. Y que puede que cuando las hormigas nos miren desde allá abajo piensen lo mismo de nosotros que nosotras de ellas.
Bueno, y también me ha hecho pensar que quizá mis padres no estuvieran exagerando. Quizá en Praga hay una persona que se parece a mí, que tiene mis ojos, mi altura, mis orejas toledanas o que sonríe de la misma manera, aunque no compartamos ningún gen común. Y que ir a toparme con ella es la mejor excusa que se me ocurre para reservar un vuelo hoy mismo.
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Foto Principal | Reddit.
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