A estas alturas de la historia, ya nadie pone en duda de que las mujeres tenemos una gran deuda con las feministas de generaciones anteriores, que lucharon por poner a nuestro alcance derechos con los que nuestras abuelas no podían ni soñar. Uno de los grandes retos del feminismo actual se refiere a la relación de los hombres con el movimiento. Es fácil ya encontrar a personajes famosos que están haciendo mucho por el feminismo, pero no todo el mundo está dispuesto a defender los principios del feminismo por simple altruismo. Así que cabe preguntarse: ¿qué ventajas han obtenido los hombres con el feminismo?
Una compañera de vida
El feminismo nos ha dado a las mujeres una fortaleza que tiene como base la certeza de que no somos inferiores a nadie. Atrás han quedado, por suerte, las relaciones en las que el hombre era el "cabeza de familia", mientras la mujer y los hijos quedaban supeditados a su autoridad. Ahora, cualquier pareja sana la formarán dos personas que se convierten en compañeros de vida, en socios en un proyecto familiar en el que las decisiones y las responsabilidades se reparten a partes iguales sobre dos personas.
Mayor capacidad económica
Imaginemos un escenario familiar en que en casa solo entra, con suerte, un sueldo, y de él depende la subsistencia de una pareja y de sus (muchos, en ocasiones) hijos. La incorporación de la mujer al mercado laboral ha descargado al hombre de la responsabilidad única de llevar el pan a la mesa y ha aumentado la capacidad adquisitiva de las familias. Por desgracia, la crisis ha supuesto un obstáculo para muchas familias y el aumento del poder adquisitivo ha llevado a incrementos de los precios que, muchas veces, no se ven compensados por esa injusticia de que el sueldo de las mujeres todavía sea considerablemente inferior al de los hombres, pero no es difícil imaginar cuánto peor sería la situación si toda la responsabilidad económica recayera sobre solo una mitad de la población.
Nuevos aprendizajes
Hace unas cuantas décadas, había muchos campos a los que las mujeres no tenían acceso. Cualquier cosa más allá de la vida doméstica y la maternidad ya era un avance. Y, sin embargo, ¿cuántas veces hemos escuchado que los hombres no sabían hacer nada sin sus mujeres? La falta de igualdad entre hombres y mujeres también apartó a los hombres de aprendizajes básicos para su desarrollo personal. Los hombres nacidos bajo los principios del feminismo son más independientes, más autónomos y no necesitan una mujer a su lado para desarrollarse de forma plena.
Tapujos fuera
Es indudable que el concepto de igualdad ha traído consigo una liberación de la mujer en el plano íntimo. Raro será el hombre que quiera compartir encuentros sexuales con mujeres que consideran que el sexo tiene algo de pecaminoso o que solo el hombre puede llevar la iniciativa. No solo ya no es necesario pasar por el matrimonio o la pareja estable para tener relaciones sexuales, sino que, además, los estudios dicen que las mujeres de hoy son las que más disfrutan del sexo de la historia. La búsqueda de fantasías, la valoración del orgasmo y la desinhibición en terrenos tradicionalmente masculinos, como la masturbación o el porno, repercutirán positivamente en hombres y mujeres.
Una nueva relación con sus hijos
No hace tanto tiempo que la maternidad era algo muy diferente de la paternidad. Los hombres se perdían, por voluntad propia o por imposición social, una parte fundamental de sus vidas: el criar a sus hijos, verlos crecer de cerca y formar parte de su cotidianeidad. Además, la lucha de las mujeres por dignificar la maternidad en solitario ha llevado a muchos hombres a buscar ser padres sin necesidad de vivir en pareja. Hoy, los hombres pueden disfrutar de la experiencia con la misma intensidad que las mujeres, y esa es sin duda una gran deuda que tienen con el feminismo.
Adiós a tópicos dañinos
Las mujeres no son peores amigas que los hombres. Una amiga de tu pareja no va buscando separaros. Si el feminismo ha conseguido (o va camino de ello) que las mujeres nos respetemos entre nosotras, también los hombres saldrán beneficiados de ello. Incorporar mujeres a su entorno personal o profesional, como una mejor amiga o una compañera de trabajo, sin que ello despierte suspicacias del entorno será una victoria para todos.
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