Hace unos días conocíamos que la OMS había incluido al síndrome del trabajador quemado - o burn-out - en la lista de fenómenos ocupacionales de gran prevalencia. Aunque la Organización Mundial de la Salud no considera este síndrome como una enfermedad, sí que admite que es causa de numerosas consultas médicas.
Este burn-out sería causa de un estrés laboral no resuelto ni bien manejado. Al mismo tiempo que este fenómeno comienza a ser reconocido por las organizaciones médicas más importante, otro término que también se refiere al estrés que nos puede provocar algunos aspectos relacionados con el trabajo - en este caso tecnológicos - está comenzando a tomar relevancia.
Se trata del término "tecnoestrés" y si todavía no habíais escuchado hablar de él, vais a empezar a hacerlo, y mucho.
Tecnoestrés: cuando hacemos un uso negligente de la tecnología
La tecnología nos ha aportado y nos aporta cada día ventajas y avances maravillosos. Desde poder estar en contacto diario con los seres queridos que tienes lejos, pasando por evitar que te pierdas en ciudades desconocidas, hasta permitirnos trabajar desde casa.
La realidad es que, hoy en día, ya no sabríamos vivir sin estos avances tecnológicos. Pero todo tiene dos caras y, en este caso, no iba a ser diferente. Estos avances también permiten que estemos todo el tiempo conectados, localizables y disponibles.
Muchas de nosotras sabemos ya lo que significa salir del trabajo, pero en realidad no desconectar. Porque te llega una notificación y la miras, porque recibes una llamada de trabajo en el móvil y aunque no estés en horario laboral la coges, o porque alguna vez has recibido un WhatsApp de temática laboral a horas que no esperarías, ¡y lo has respondido!
El psiquiatra Craig Brod fue el primero en utilizar este término para referirse a las consecuencias en nuestra salud que puede tener la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías de forma saludable. Efectivamente, el mal uso o uso negativo de las tecnologías de la información pueden provocar en nosotros altos niveles de actividad psicofisiológica además de un gran malestar.
El tecnoestrés afecta, especialmente, en el trabajo
Aunque el tecnoestrés puede afectarnos en cualquier ámbito de nuestra vida - y si no probad a estar 24/7 enganchadas a Instagram - la realidad es que dónde más se observan sus consecuencias es en el ámbito laboral.
Actualmente, una gran parte de la población trabaja por medio y gracias a la tecnología. Quien más y quien menos utiliza como mínimo un ordenador para trabajar, recibe emails de trabajo cuyas notificaciones llegan al móvil o tiene un grupo de WhatsApp con sus compañeros de trabajo.
Siendo, como son, unas tecnologías que facilitan muchas de nuestras labores, también pueden ser una herramienta para estar todo el día enganchadas al trabajo aunque ya no estemos en él físicamente. Esta situación puede acabar suponiendo un riesgo laboral que afecte a nuestro bienestar tal y cómo indican algunas investigaciones al respecto como la de Bonilla Prieto.
Este tecnoestrés se puede manifestar de diferentes formas: algunas personas pueden desarrollar una gran ansiedad ante la idea de tener que utilizar las tecnologías necesarias para su trabajo, pudiendo incluso acabar derivando en un miedo irracional que les lleve a evitar la tecnología y a sentir gran rechazo.
En otros casos se puede presentar como fatiga, cansancio mental, sentimientos de agotamiento a nivel cognitivo, etc., especialmente ante el uso de estas tecnologías. Por último, algunas personas pueden desarrollar la necesidad casi incontrolable y compulsiva de estar conectados continuamente, hasta tal punto que acabe causando un gran malestar a quien le ocurre.
Cómo combatir el tecnoestrés estas vacaciones
Dada las consecuencias que tiene para nuestra salud, el tecnoestrés debería combatirse cada día de nuestras vidas. Sin embargo, sabemos que cuando estamos metidas en una dinámica habitual es muy difícil salir de golpe.
Por ello, podemos utilizar el periodo de vacaciones de verano, en el que no estamos trabajando, para comenzar poco a poco a hacer la desconexión y a combatir el tecnoestrés. De esta manera será más sencillo que a la vuelta hayamos aprendido alguna técnica para mantenernos a nosotras y nuestra salud física y mental sanas y salvas.
- No te lleves trabajo a las vacaciones: "esto me lo hago para adelantar en vacaciones" ya no es una opción. El trabajo se deja en nuestros puestos de trabajo y no se lleva a nuestras vacaciones en ninguno de los casos. Por muy pequeño o insignificante que nos parezca, es importante que no hagamos nada de trabajo en esos días.
- Si tienes un trabajo que sea solo personal, es el elegido: nada de llevarte el teléfono del trabajo de vacaciones. Este verano el único Smartphone que vas a necesitar es el personal y únicamente para realizar fotos de tu destino de vacaciones. Nada de pasar números del trabajo a tu agenda personal.
- Desconecta la recepción de emails: nuestras cuentas de correo tienen una opción que nos permiten avisar a quien nos envíe emails de que estamos de vacaciones y no recibirlos hasta que volvamos. Dejar a un lado la culpabilidad - las vacaciones son un derecho - y activar esta opción nos ayudará a desconectar y no estar pendiente de lo que nos envían.
- Aprende técnicas de relajación: es posible que durante nuestro año laboral no tengamos tanto tiempo libre como para dedicárselo a aprender a cuidar de nosotras mismas. Sin embargo, las vacaciones pueden ser el momento ideal para empezar. Dedicar cierto tiempo de estas vacaciones a aprender técnicas de relajación y de respiración, o a practicar ejercicios como el Yoga o la meditación pueden ayudarnos a reducir nuestros niveles de estrés.
- Disfruta: este es, probablemente, el consejo más importante de todos. Estas vacaciones toca disfrutar del momento presente y de lo que está ocurriendo delante de nosotras. Podemos elegir dejar nuestros teléfonos en el hotel o el apartamento y disfrutar de la comida, de la compañía, de las vistas o del sol sin distracciones, estando en el momento presente. Cualquier cosa que esté ocurriendo en tu Smartphone puede esperar.
Imágenes | The Intern, Devil Wears Prada, Giphy