El estrés del trabajo. La vida en pareja, o la dificultad de encontrar una cuando a tu alrededor todos buscan una situationship. El gimnasio. Los niños. La compra. Todo es un suma y sigue que parece no acabarse nunca. Pero tienes las vacaciones a la vuelta de la esquina, aunque este año ni a eso le tienes ganas. ¿Te suena?
Si estás viviendo esta situación y no encuentras motivación ni en esas esperadas vacaciones que has planificado con tus amigas, puede que estés experimentando anhedonia. Ponemos nombre a por qué nada te apetece y te contamos cómo superarlo.
Qué es la anhedonia y por qué puede ser un síntoma de algo más
El término “anhedonia” lo acuñó el psicólogo francés Theodule-Armand Ribot en el año 1896, concretamente en su libro Psicología de los Sentimientos. Tiene que ver con el hedonismo, una palabra de origen griego formada por “hedone” (placer) y el sufijo -ismo (doctrina), una doctrina filosófica que sitúa el placer como el bien supremo de la vida humana. Y la anhedonia es justa la falta de eso, de placer.
Según los expertos de Ruiloba Psicología, la anhedonia es la incapacidad para poder disfrutar de las actividades o situaciones que en el pasado sí resultaban placenteras. Es decir, lo que antes te gustaba y te motivaba, ya no. Estás viviendo una falta de reactividad a los estímulos considerados como placenteros.
La anhedonia anula las experiencias que producen placer o sensación de bienestar. Experimentar anhedonia a nivel global significa vivir sin placer, hagamos lo que hagamos. Aunque puede ser selectiva, y sentir anhedonia sexual, social o física. Se cree que es producida por una alteración del sistema dopaminérgico, el mecanismo que regula la dopamina.
Cuando sufrimos anhedonia, lo hacemos poco a poco y de forma progresiva. Nuestros hábitos son cada vez más solitarios y hasta nos cuesta salir de casa. Dejamos de lado nuestros hobbies, y no probamos nuevos. No queremos quedar con nuestras amistades, perdemos interés por el sexo y no disfrutamos ni comiendo nuestro plato favorito.
No es un trastorno, sino un síntoma que se puede presentar en algunas enfermedades. Es característico por ejemplo de cuadros depresivos, pero puede aparecer en otros trastornos como la bipolaridad, la demencia o incluso, en las adicciones. Y ojo, porque todos podemos experimentar apatía en momentos puntuales de la vida, pero para hablar de anhedonia tiene que ser la pérdida prolongada de placer en el tiempo.
Según el estudio The different facets of anhedonia and their associations with different psychopathologies, el 70% de las personas que padecen depresión sufren también anhedonia, lo que dificulta alcanzar la recuperación funcional.
Este aislamiento puede verse incrementado por el estilo de vida actual en el que tenemos una exposición constante a las vidas perfectas de otros que nos pueden hacer sentir mal con nuestra propia vida. Tal y como nos explica Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias, “la exposición constante sin más contexto nos lleva a comparaciones injustas. Antes de las redes sociales lo veíamos en la televisión o las revistas, pero también con esa amiga que parece que tiene todo lo que tú quieres. Y la comparación puede llevar a la insatisfacción.”
Algo muy en la línea de lo que veíamos con oubaitori japonés, que huye de la comparación para conservar la salud mental. Pero lo cierto es que puede ocurrir que sintamos anhedonia y no sepamos qué hacer.
Cómo superar la anhedonia
Tal y como nos explica Iria, “hay que tener en cuenta que la anhedonia es un síntoma, no un trastorno en sí. Es el síntoma de que algo más está pasando y hay que descubrir el qué. Nuestro trabajo ahí puede ser intentar descubrir qué está causando esa anhedonia.” Ese trabajo de introspección puede ayudarnos, pero no es lo único. La psicóloga añade que “es posible que intentar retomar nuestras actividades o hacer algo aunque no tengamos ganas, nos ayude. Pero también puede que no.”
Ella lo tiene más que claro: “Mi recomendación en este caso es buscar ayuda profesional que nos dé un diagnóstico correcto y pueda ponernos en el camino a un tratamiento y recuperación adecuadas.”
Fotos | Tamara Bellis, Kinga Howard y Yuris Alhumaydy en Unsplash
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