La inteligencia emocional abarca muchas habilidades. Desde las más conocidas como podrían ser la resiliencia y la empatía hasta las que suelen pasar más desapercibidas como podría ser la autoconciencia. La regulación emocional es una de las segundas, pero a pesar de ser menos conocida y copar menos artículos, es una habilidad tremendamente útil. Manejar las emociones nos permite, por ejemplo, mantener la calma en momentos de presión. Si eres bueno manejando tus emociones según la psicología, es probable que muestres estos rasgos sin darte cuenta.
¿Te enfrentas a tus emociones?
Dentro de las emociones existen existen las que son agradables como la alegría o la felicidad, y las que no lo son tanto como el miedo, la vergüenza o la ira. El primer paso para conseguir una correcta regulación emocional es no huir de las emociones que sientes. La psicóloga Estefania Garcia Arcila asegura que “caer en la dinámica de intentar evitar ciertas emociones es una verdadera trampa psicológica” porque “ huir es solo el mecanismo que aprendimos a usar para evitar el dolor de sentirnos rechazadas o inferiores”.
Alguien con inteligencia emocional que tenga más desarrollada la habilidad de regular sus emociones, entiende que todas ellas son una parte natural de la vida, incluso las más difíciles como la tristeza o la ira. No las ves como algo a temer o evitar, sino que te permites sentirlas sabiendo que no te define, que no durarán siempre y que son parte de la vida. Eso no significa que te dejes dominar por ellas, sino que eres lo suficientemente fuerte como para enfrentarlas sin miedo y con coraje, aunque sean de las que duelen.
Antes de reaccionar, ¿te paras y piensas?
Este es, posiblemente, el indicador más claro de que la regulación emocional es lo tuyo. Tener la capacidad de poner cierta distancia entre el estímulo y la respuesta sin dejar que tus emociones sean las que definan tus acciones, es clave, porque esta pausa te permite evaluar tus sentimientos y poner las cosas en perspectiva y no dejas que las emociones nublen tu juicio y te permite tomar decisiones racionales basadas en los hechos y no sólo en sentimientos.
¿Consigues tranquilizarte sin ayuda en momentos complicados?
Según una investigación publicada en 'Comprehensive Psychoneuroendocrinology', autoconsolarse reduce los niveles de cortisol de la misma forma que lo haría un abrazo de alguien a quien queremos. Es decir, las personas que saben autocalmarse manejan mejor el estrés y tienen menos probabilidades de sufrir problemas de salud mental como ansiedad y depresión. La capacidad de calmarte cuando estás molesto o ansioso, es una habilidad que no todo el mundo posee y que es un rasgo inequívoco de regulación emocional.
¿Expresas tus emociones de forma saludable?
Ser capaz de expresar cómo te sientes de una forma constructiva, especialmente cuando estás enfadado, es una clara señal de una buena regulación emocional porque, en lugar de reprimir tus emociones o dejar que te controlen, buscas un punto intermedio. Si alguien te molesta, en lugar de arremeter contra esa persona o reprimir la emoción que sientes, la expresas con calma y asertividad, sin culparla ni atacarla.
¿Empatizas con las emociones de otros?
La empatía es un aspecto clave de la regulación emocional porque te ayuda a construir conexiones más profundas y también a gestionar tu respuesta emocional a las situaciones que te rodean. Es decir, al entender a otras personas, somos capaces de gestionar mejor nuestras propias emociones y cuidar las de los demás
Fotos | Toa Heftiba en Unsplash, Vale Zmeykov en Unsplash
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