La inteligencia ha sido siempre un concepto resbaladizo. Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias, nos explica que “la inteligencia no deja de ser un constructo y no está bien definida. ¿Qué es la inteligencia? No es algo tangible ni realmente bien medible.”
De hecho las personas que trabajan con el cerebro humano, científicos, psicólogos y demás profesionales, están de acuerdo en que la inteligencia no es algo realmente medible ni con un test de inteligencia. Algunos hablan de diferentes tipos de inteligencias según la teoría de la inteligencia múltiple, pero no existe una forma para detectar a las personas inteligentes ni un acuerdo en qué hace que alguien sea considerado inteligente.
No es que todas las personas inteligentes hagan lo mismo, pero sí se han identificado algunos hábitos que generalmente son un reflejo de una inteligencia extraordinaria. Hoy es el momento de contarte eso que hacen las personas inteligentes en su día a día, y que revelan su nivel de inteligencia.
Pasar tiempo a solas
Las personas con una alta inteligencia suelen disfrutar de pasar tiempo a solas. Y es que cuando pasamos tiempo con nosotras mismas, podemos reflexionar, pensar y analizar no solo lo que nos pasa, también lo que nos puede suceder en el futuro.
De hecho, pasar tiempo a solas es fundamental para nuestro bienestar intelectual y emocional, aunque a veces nos dé algo de miedo. Según Iria Reguera el miedo a la soledad deriva de que los seres humanos somos personas sociales. “Vivimos en un tipo de cultura colectivista que promueve la interdependencia entre personas y pone las necesidades grupales por encima de las individuales”, afirma.
Pero también nos da la clave por la que estar solos y dedicar tiempo a la introspección, es una buena idea. “Cuando hemos aprendido a estar a gusto con nosotros mismos y dejamos de temer a la soledad, las relaciones en las que nos involucramos son más saludables.” Además, la reflexión y autoevaluación a solas nos permite aprender y mejorar a nivel personal.
Conocernos puede mejorar nuestra empatía, pero además podremos ser más productivos porque nos permite aumentar nuestra concentración y hasta nos hace más creativas. Según un estudio publicado en Current Directions in Psychological Science, las lluvias de ideas mejoran cuando los participantes alternan el hacerlas en grupo con hacerlas solos.
Ser autocríticos
Tiene mucho que ver con el punto anterior, y es que las personas inteligentes suelen ser propensas a la autocrítica y el cuestionamiento, herramientas valiosas para mantenernos en sintonía con la realidad y mejorar continuamente.
Una persona inteligente no duda en cuestionar sus ideas, creencias y acciones porque saben que no siempre tienen la verdad absoluta. Esto les ayuda a refinar su juicio y estimula su desarrollo personal.
Además, admitir sus errores y aprender de sus fracasos es un arma realmente poderosa como vimos en el libro de John Maxwell El lado positivo del fracaso: ¿cómo convertir los errores en puentes hacia el éxito?, ya que ser humildes y conscientes de nuestras limitaciones, nos hace estar más dispuestos a escuchar y aprender de los demás.
El lado positivo del fracaso: Cómo convertir los errores en puentes hacia el éxito
Adoptar hábitos de sueño atípicos
Eso no significa que debamos dormir poco para ser inteligentes, de hecho tiene consecuencias sobre la salud, y no es algo que le ocurra a todas las personas inteligentes.
Satoshu Kanazawa en la London School of Economics and Political Science señalaba que existen diferencias significativas entre las preferencias de sueño en referencia a su puntuación en tests de inteligencia. Las más altas tenían, según el estudio, una mayor aptitud para producir durante la noche, lo que podría tener que ver con que durante las noches hay menos distracciones y se puede tener una mayor creatividad y productividad en esas horas.
También es posible que cuenten con una mayor capacidad para controlar la fatiga y recuperarse rápidamente, lo que les permite funcionar con menos horas de sueño. Es más, según un estudio de Robert Bolizs de la Semmelweis University, las personas muy inteligentes son propensas a padecer insomnio. Estas personas muestran una actividad cerebral mayor que no cesa cuando van a la cama.
Tener gustos variados
Las personas muy inteligentes tienden a explorar muchos temas y de distinta índole. Tal vez les interesa el hip hop, el antiguo Egipto y las teorías más novedosas de la neurociencia, y ese interés por temas tan eclécticos es fruto de que alguien muy inteligente también es alguien curioso y normalmente, de mente abierta.
Esta curiosidad por diferentes temáticas permite adquirir conocimientos en una gran variedad de campos. Desde la filosofía hasta la política pasando por la ciencia o la cultura, y aunque lo que os gusta, según la ciencia, tiene que ver con tus genes y tu entorno, interesaros por otro temas estimula nuestro cerebro.
Las personas más inteligentes consiguen así enriquecer su comprensión del mundo y su capacidad para hacer conexiones entre ideas aparentemente no relacionadas. Además les permite ser más tolerantes con las opiniones y creencias de los demás, y desarrolla su adaptabilidad y resiliencia frente al cambio y los desafíos.
Preferir las conversaciones profundas
Winston Churchill decía que “Las buenas conversaciones deben agotar el tema, no a los interlocutores”. Las personas con un coeficiente intelectual alto suelen tener poca paciencia para las conversaciones triviales. Podríamos hasta notar que desconectan con ellas. No en todos los casos, evidentemente, pero una mente despierta tiene preferencia por las conversaciones estimulantes y más profundas.
De hecho, si hacemos caso a la ciencia, las conversaciones interesantes y significativas median en nuestro bienestar psicológico, lo que sería beneficioso para todos. Según este estudio de Matthias Mehl, psicólogo y profesor en la Universidad de Arizona, las personas que mantienen más conversaciones profundas presentaban un mayor bienestar físico y psicológico.
A niveles prácticos, practicar este debate nos permite fortalecer las habilidades de argumentación y persuasión, abordar los temas de forma analítica y crítica, y también establecer conexiones entre conceptos aparentemente distantes, lo que refuerza nuestra comprensión general y creatividad.
Tener un sentido del humor sutil
La inteligencia y el sentido del humor están relacionados ya en la infancia y tal y como nos explicaban nuestros compañeros de Xataka, ya que ambos dependen de la capacidad de percibir y manipular conceptos abstractos y jugar con las expectativas y convenciones sociales. De hecho, si tienes un sentido del humor retorcido, probablemente seas un genio.
Además, según revela este estudio publicado en Psychosomatic Medicine, las personas con sentido del humor viven más tiempo.
Sentirse cómodo con la incertidumbre
La vida no siempre es tan sencilla que nos permite saber qué va a pasar y cuándo. Las personas inteligentes se sienten cómodas en esa ambigüedad y no tienen miedo a la incertidumbre. En lugar de tratar de resolver o evitar las contradicciones, tienen la capacidad de adaptarse a ellas y aceptar las contradicciones y paradojas como parte integral de la realidad.
Esto les permite además aceptar el cambio y ser conscientes de que la vida está en perpetuo movimiento, por eso lo que es una verdad absoluta, mañana puede no serlo.
Ser flexibles en esta manera de pensar les permite no dejarse guiar por dogmas o prejuicios, y desarrollar más su intuición y capacidad para tomar decisiones, incluso en ausencia de datos completos o garantías.
Tomar notas
Es posible que una persona con altas capacidades intelectuales tenga en su móvil decenas de notas con ideas, pensamientos y reflexiones. Este hábito es un rasgo común en las personas muy inteligentes, que temen que se pierdan sus ideas, pensamientos y observaciones y por eso las apuntan.
La ciencia explica además por qué a veces es mejor tomar notas a mano y no con un teclado, y es que cuando se usa papel y bolígrafo se procesa la información más profundamente. Este hábito de escribir notas, mejora la memoria y la capacidad para retener información importante y es una herramienta extraordinaria para organizar y estructurar los pensamientos, lo que facilita la resolución de problemas y la toma de decisiones.
Además, escribir para nosotras mismas crea un espacio de reflexión e introspección donde expresarnos libremente y en todos los sentidos. Y un dato más, está demostrado que para combatir la ansiedad y el estrés, escribir es un gran aliado.
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Fotos | Priscilla Du Preez 🇨🇦, Kenny Eliason, Sage Friedman, Ben White, Kateryna Hliznitsova, Annie Spratt y Thought Catalog en Unsplash
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