Cuando hablamos de fortaleza mental, y haciendo caso a expertos como Scott Mautz gurú del tema y formador de LinkedIn Learning que ha escrito varios libro sobre ello, la fortaleza mental es la capacidad de regular de forma productiva tus emociones, pensamientos y conductas hasta en los momentos más difíciles. Va más allá de ser resilientes.
Esta autorregulación emocional, además de ser algo que deberíamos enseñar a nuestros hijos, es algo que nos sirve en las relaciones y que comparten alguno de los líderes con más éxito del mundo, tal y como explicaba a la CNBC el propio Scott Mautz. Como experto, ha establecido una serie de preguntas que nos servirán para evaluar si tenemos más o menos fortaleza mental. Si contestas “sí” en la mayoría de preguntas, estás de enhorabuena, eres mentalmente más fuerte que la mayoría.
Cuando hay dificultades en tu vida ¿eres resiliente?
Según explica el experto, “lo que determina tu fortaleza mental es cómo te levantas y sigues adelante ante los desafíos”. En lugar de centrarse en la dificultad en sí misma, alguien con fortaleza mental usa su capacidad de resiliencia para aceptar su situación, gestionar las emociones que les produce y seguir adelante, aprendiendo algo en este proceso.
¿Evitas buscar la aprobación?
Te hemos contado que las personas auténticas y con confianza en sí mismas no buscan la aprobación. Si tenemos fortaleza mental, nuestro comportamiento no buscará la aprobación de otros porque nuestra inteligencia emocional nos permitirá ver y aceptar que no vamos a caer bien a todo el mundo. Pensar en que otros deben validarnos, puede erosionar nuestra confianza. Si tienes fortaleza mental, no necesitas que otros aprueben tus actos.
¿Eres capaz de gestionar tus emociones negativas en el momento en que surgen?
Las personas mentalmente fuertes no permiten que las emociones se apoderen de ellos. Eso no significa que escondan sus emociones. Significa que las reconocen y las gestionan. Y da igual si hablamos de emociones positivas o de las mal llamadas negativas. “Cuando sienten que su temperatura sube, respiran, toman un momento y, si es necesario, crean cierta distancia entre ellos y la intensidad de su emoción”, explica Scott Mautz, y añade que “no dejan que la emoción los lleve a algún lugar donde no quieren estar”.
¿Trabajas bien bajo presión?
Según explica Mautz, gran parte del éxito viene de nuestra actitud ante el estrés y de nuestra respuesta a este. Ser mentalmente fuerte significa pensar en el “desafío” en lugar de en la “amenaza”. Si pensamos en lo segundo, nuestro cuerpo responde a ello como lo haría si nos persiguiera un oso en el bosque: se acelera el corazón, nos sudan las manos y se tensas los músculos. En cambio, si nos centramos en solucionar el problema en lugar de en el estrés que este nos provoca podemos “aumentar nuestra concentración y controlar nuestras emociones y pensamientos, mejorando nuestra capacidad de desempeño” Cambian el miedo del qué pasará por la acción.
¿Evitas compararte con los demás?
Compararnos con los demás tiene más impacto de lo pensamos en nuestra salud mental y bienestar emocional. Como explican desde Psania Psicólogos, “el problema de la comparación es que no nos permite valorar aquello que hemos conseguido o aquello que tenemos, sino que contribuye a que minimicemos nuestros propios éxitos, resultando dañina para nosotros y para nuestra autoestima: nos lleva a rechazar quiénes somos y no nos ayuda a mejorar en aquello con lo que no estamos conformes”.
Compararse con los demás muchas veces nos hace sentir pequeños. Las personas con mayor fortaleza mental solo hacen comparaciones con ellos mismos. Comparan a su yo del pasado con el yo del presente y se enfocan en cómo quieren que sea su yo del futuro.
¿Te haces responsable de tus actos?
Las personas mentalmente fuertes no tienen miedo de mirarse al espejo y preguntarse cuáles son las excusas que se ponen y las creencias limitantes que les están impidiendo progresar. Además, alguien con una mente fuerte también tiene responsabilidad afectiva y asume las consecuencias de todos sus actos, haciendo lo correcto y sin miedo o vergüenza por haberse equivocado.
Fotos | Dmitry Pankin en Unsplash, JC Gellidon en Unsplash
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