Criar a un niño me parece la cosa más complicada del mundo, especialmente ahora que el estilo de vida que tenemos nos dificulta aún más las cosas. Por eso cualquier ayuda que la ciencia nos dé, la recibimos como agua de mayo, ya sean las frases que no debemos decirles si queremos que cultiven inteligencia emocional o ese hábito que pocos enseñan y que es clave para su éxito en el futuro según un reconocido empresario.
Esta vez es una neuropsicóloga la que ha explicado la regla de los nueve minutos. Se llama Maria Fernanda Guevara, es neuropsicóloga infantil, y en su cuenta de Instagram @mybrainkids ha explicado cuáles son los nueve minutos más importantes del día para padres e hijos.
Se trata de una propuesta en la que invita a los padres a aprovechar tres momentos del día para conectar con sus hijos, fortalecer su conexión y mejorar la comunicación. Solo trabajando 9 minutos, se favorece el correcto desarrollo del cerebro de los niños y su comportamiento.
Los niños y la gestión del tiempo con ellos
A veces la gestión del tiempo con los niños se complica, sobre todo porque para ellos, el concepto del tiempo es algo más abstracto que aprenden durante el crecimiento. De hecho, la noción y comprensión del tiempo no es innata y hay que aprenderla. Y con las herramientas que vayamos dándoles, conseguirán aprender y administrar el tiempo como nosotros, pero no sirve de nada, pensar que desde pequeños ya tienen el mismo conocimiento que nosotros.
Para que esa gestión del tiempo no nos cueste tanto, podemos cambiar la manera de pedirles las cosas, y adaptarla a algo que entiendan. Por ejemplo, si le decimos “en tres minutos nos vamos del parque”, el niño no sabe cuánto tiempo real es eso. En cambio si le decimos una cifra concreta de veces que puede hacer lo que está haciendo en ese momento, lo entenderá mucho mejor. “Cuando te tires tres veces más por el tobogán nos vamos a casa a hacer los deberes”. Así de fácil.
Si nos cuesta que entiendan el concepto del tiempo, en Innova School nos proponen utilizar referencias temporales con las cuales el niño pueda interactuar, como calendarios con dibujos o un reloj de arena, para tareas concretas como ponerse el pijama o preparar la mochila del día siguiente. Así, el niño entenderá que cuando se esté terminando la arena, debe terminar.
También podemos hacer un horario con ellos con las actividades básicas del día. Algo similar a lo que haríamos con esta técnica de productividad que ya usábamos en el instituto, el bloqueo del tiempo.
Además, Maria Fernanda Guevara asegura que existen tres momentos clave en el día que ella separa en tres franjas de tres minutos cada una. No necesitamos más para cambiar la concepción del día con nuestros hijos, y solo necesitamos un poquito de paciencia y comunicación para que todo cambie. Te los contamos.
La regla de los nueve minutos. Tres momentos en el día para conectar con tus hijos
La primera franja de tres minutos es al levantarse. El agobio de tener que ir al colegio, vestirles, darles el desayuno y salir pitando de casa. Pues bien, en lugar de empezar estresados, podemos dedicar tres minutos a conectar con nuestro pequeño. Si hacemos caso a la regla de los dos minutos que te contábamos aquí, en realidad no cambia nada parar unos minutos antes de empezar con la rutina.
La experta propone que en lugar de despertar a tu hijo de manera abrupta y agresiva diciéndole que llegáis tarde o que se prisa, puedes acostarte tres minutos con él, darle un beso y decirle que te encante empezar los días a su lado. También puede preguntarle que cree que es lo más interesante que haréis en ese día. Así comenzará con una actitud más positiva, en lugar de ponerles más nerviosos con las prisas del día a día.
El segundo momento de tres minutos es cuando vuelve del colegio. En lugar de preguntarles por los deberes que tienen, o darles cualquier juguete o aparato electrónico para que se entretengan, podemos preguntarles qué tal les ha ido el día, contarles el nuestro o decirles un simple “me hace feliz este ratito hablando contigo”.
El último de los momentos del día, es el de acostarse. La experta propone que en lugar de amenazarles si no se quieren ir a la cama, que les acompañemos y les preguntemos cuál fue el mejor momento de su día, o que aprovechemos para reforzar algo que hayan hecho. Por ejemplo, decirles frases como “hiciste muy bien los deberes de matemáticas hoy. O, me gustó mucho que me ayudaras a hacer la cena.
Como ya nos explicó la experta en crianza Erika Katz, “cuando estamos educando a un niño es tan importante lo que decimos como lo es el cómo lo decimos”. En este caso, un tono calmado, amable y cariñoso, nos ayuda a conectar con nuestros hijos. Y solo necesitamos nueve minutos al día para marcar la diferencia.
Fotos | Marisa Howenstine, Helena Lopes, Gabriel Tovar y Daiga Ellaby en Unsplash
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