Felicidad. Del lat. felicĭtas. Estado de grata satisfacción espiritual y física. Suena maravillosamente bien y también terriblemente lejano. ¿Qué nos hace felices? Pasar tiempo con familia y amigos como indicaba el Estudio del Desarrollo Adulto de Harvard, parece un buen comienzo. Pero más que buscar un momento feliz, pensando en que la felicidad es una emoción quizá la clave está en alejarnos de la infidelidad que nos rodea y dejar de perseguir la felicidad y medirla como si fuera un objetivo a cumplir. Buscar el bienestar, un concepto más amplio que es parte de nuestra salud según la OMS.
Según el experto en bienestar y felicidad Neil Pasricha, existen prácticas respaldadas por la ciencia para sentirnos más felices. Él tiene todos los días cinco hábitos que no solo le hacen sentir más feliz cada día, sino también más sano y le ayudan a ver la vista desde una mentalidad más positiva, como explicaba en la CNBC. Y son tan fáciles que podemos ponerlos en práctica desde hoy y empezar a notar los resultados.
Ten claro tu propósito desde primera hora del día
Los japoneses llaman a la felicidad "shiawase", pero si hablamos de tener una vida plena usan la palabra "ikigai", que se traduce como "lo que hace que merezca la pena vivir". Ese ikigai japonés comienza por tener un propósito, y Pasricha asegura que a él le ayuda escribir todas las noches su propósito en un papel que dobla y pone en su mesilla. A la mañana siguiente, lo primero que mira es ese papel y no el móvil. Comienza su día sabiendo cuál es su propósito. El autor afirma que hay ocasiones en que el mensaje es “Ayudar a la gente a vivir una vida feliz” o uno que esté más enfocado en un objetivo palpable como “Terminar de escribir el próximo capítulo de mi libro”.
Camina todos los días
Pasricha asegura que camina “tres millas al día", unos 4,8 kilómetros al día, unos 6.000 pasos aproximadamente. El por qué de esta actividad es fácil: el ejercicio físico y la felicidad están directamente relacionados. Según una investigación publicada en Brain Science, el ejercicio físico regular es capaz de liberar dopamina, norepinefrina y serotonina y estos neurotransmisores consiguen mejorar la concentración, nuestra capacidad de razonamiento, memoria y rendimiento cognitivo, además de mejorar el estado de ánimo, la motivación y la capacidad de aprendizaje.
Cerca de 1800 millones de adultos corren riesgo de enfermar por falta de actividad física, pero además que el ejercicio físico es beneficioso para la salud y que cuanto más nos movamos y nos alejemos de una vida sedentaria mejor estado físico tendremos, también seremos más felices. El ejercicio nos hace felices porque al practicarlo liberamos algunas de las hormonas de la felicidad. Pasricha camina esas tres millas mientras tiene algunas reuniones. Si puedes, hazlo sin ellas. Te invito a que practiques el llamado “silent walk” que la generación Z cree haber inventado. Caminar en silencio y según indican varios estudios científicos, actúa sobre nuestros niveles de estrés y ansiedad de una forma más directa.
Sigue la “teoría del armario”
Bill Gates sigue la “teoría del armario” en su día a día. Una estrategia que tiene mucho que ver con cómo se viste y con cómo eso afecta a su estrés. No es otra cosa que evitar perder tiempo cuando nos vestimos por las mañanas, reduciendo el número de posibilidades que tenemos para elegir: optar por vestir con ropa sencilla y con poca variedad.
No hemos venido aquí a hablar del armario cápsula definitivo, pero es cierto que es fácil distraerse y perder el tiempo con pensamientos aleatorios cuando estás haciendo una actividad. Por ejemplo, estás trabajando y de repente piensas en qué vas a ponerte mañana para la entrevista de trabajo que tienes. Las investigaciones demuestran que tu felicidad aumenta cuando no permites que tu mente divague y te concentras en hacer solo una cosa, y por eso Pasricha tiene la regla de “usar un solo traje”. En sus propias palabras “ayuda a mantenerme concentrado: uso la misma chaqueta, camisa, jeans, zapatillas y reloj en cada discurso y entrevista que doy. De esta manera, no pienso en mi atuendo antes, durante o después de mi aparición.”
Prioriza solo tres tareas
“Para no sentirme agobiado, antes de acostarme escribo una lista con las tres tareas más importantes del día siguiente”. Es decir, hace un trabajo de priorización y al día siguiente hace primero lo más complicado. Se come la rana a primera hora de la mañana. “Una lista de 20 cosas parecería demasiado, así que esta priorización me ayuda a dormir mejor”, afirma.
Cuando atardece, fuera móviles
La luz azul de los teléfonos móviles, las tablets o los ordenadores, puede inhibir la melatonina, lo que afecta los patrones de sueño y vigilia. Cuando no descansamos suficiente y dormimos mal, se puede reducir la felicidad. Lo que el experto hace es limitar la exposición a la luz azul y por eso al atardecer, deja el teléfono. “También uso luces más tenues y leo ficción para ayudar a mi cerebro a conciliar un sueño más profundo”, asegura.
Son hábitos que no son una locura. De hecho son pequeños hábitos de esos que sin darte cuenta, pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar diario. Palabra de experto en felicidad.
Fotos | Neil Pasricha, bruce mars en Unsplash, Artem Beliaikin en Unsplash
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