Hay veces en las que las historias reales superan a la ficción, y esta es una de esas ocasiones. Todo ocurrió en Reino Unido esta Navidad, aunque la noticia se ha dado a conocer ahora. Allí, una cajera invitó a cenar el día de Navidad a un anciano que había perdido a su mujer y su hogar. Esta cita tan especial hizo muy feliz al señor de 86 años y nos da a todas una lección de humanidad, bondad y amistad.
Edwin es un hombre mayor que vive solo en Reino Unido. Después de 45 años de matrimonio su mujer falleció en 2006, mientras que su hija y su nieta viven en Australia. A la soledad del anciano se suma el hecho de que perdió su casa hace siete años, viéndose obligado a vivir en un hogar de acogida para personas sin techo. ¿Os conmueve su vida? A Ellie, la cajera del Sainsbury's más cercano a esta casa refugio, también le ocurrió.
Ellie tiene 22 años y conoció a Edwin atendiéndole en la caja de la tienda en la que ella trabaja. Él le contó su situación y cuando ella descubrió que su plan para la noche de Navidad era cenar comida preparada solo en su habitación, no pudo permitirlo. Así que hizo lo que no muchos habrían hecho, le pidió una cita para esa noche.
El anciano aceptó la invitación y apareció a la hora del cierre para recoger a Ellie vestido de traje y con un enorme ramo de flores, como un auténtico caballero. "Es mi primera cita en unos 55 años. Compré las flores porque no iba a aparecer sin nada"
No se trata de un "fueron felices y comieron perdices", y ni siquiera de una pareja al uso. Es más bien una amistad improbable que surgió entre una cajera y un cliente de 86 años, que había perdido a su mujer y su hogar. Una historia que nos demuestra cómo, con una sencilla buena acción, podemos cambiar vidas y hacer felices a muchos.
Fotos | Sainsbury's.
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