Ash Barty tiene 25 años y, desde hace dos años, es la número uno del tenis mundial en la clasificación de la WTA. Sin embargo, su nombre no acapara hoy los titulares por haber salido victoriosa de una competición o haber batido algún nuevo record sino por haberse retirado del deporte por agotamiento físico y mental. Muy en la línea de lo que ya sucedió el verano pasado con Simone Biles en los Juegos Olímpicos.
Aunque la estadounidense seguirá, de momento, su carrera como gimnasta, no son las únicas que en el último año han dicho "ya es suficiente" y se han plantado antes de estrellarse contra sus límites. Naomi Osaka las acompaña en la lista. Las tres son un ejemplo de cómo las generaciones más jóvenes, como millennials y zetas, están muy concienciadas de los perjuicios del estrés, la ansiedad y el malestar psicológico.
El caso de Ash Barty
"Ya no tengo el impulso físico, las ganas emocionales ni todo lo que se necesita para desafiarte a ti misma en lo más alto. Estoy agotada", explicaba Barty en su cuenta de Instagram. Tras haber logrado 15 títulos individuales y 12 de dobles en su carrera tenística, la australiana ha anunciado que se retira del deporte a los 25 años y en plena cima.
De hecho, el último partido que disputó como profesional fue la final del último Abierto de Australia, en la que se convirtió en la primera tenista local en ganar el torneo en 44 años. Era, además, el tercer título del Grand Slam que conseguía tras haberse llevado a casa el trofeo de Roland Garros en 2019 y el de Wimbledon en 2021.
"No hay un camino correcto ni uno incorrecto, es mi camino", ha declarado en su comunicado oficial.
Simone Biles
Simone Biles llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio aspirando a seis oros y convertida a los 24 años en la mayor figura de la gimnasia de las últimas décadas después de las perfectas ejecuciones sobre el tapiz que nos había regalado en Río 2016. Sin embargo, se acabó retirando de la final de gimnasia artística por equipos justo después de su primer salto en el potro, cuando cayó mal sobre la colchoneta.
Su retirada en el último minuto dio el oro a Rusia y la plata al equipo estadounidense. No obstante, su marcha no se debió a una lesión sino a una cuestión mental. "Al final del día lo que queremos es salir de aquí por nuestro propio pie, no en camilla", declaró en una rueda de prensa posterior. También confesó sentir que ya "no disfrutaba tanto" y estar más nerviosa cuando compite. "Mi objetivo en los Juegos es centrarme en mi bienestar. Se que hay más en la vida que solo la gimnasia".
En los JJOO previos la gimnasta se había llevado cinco medallas (cuatro de oro y una de bronce). La retirada de una estrella mundial como ella fue interpretada como una llamada de atención sobre la importancia de la salud mental. Deportistas de élite de todas partes del mundo no dudaron en mostrar su apoyo y denunciar la presión a la que muchas veces están sometidos.
Además de por la presión del éxito, Biles lo ha pasado mal en su carrera por los abusos sufridos a manos de Larry Nassar, el médico del equipo olímpico de gimnasia de Estados Unidos condenado por pedofilia y por abuso sexual a cientos de atlas a lo largo de dos décadas.
Naomi Osaka
Naomi Osaka era la número dos del tenis cuando abandonó el torneo Roland Garros. Sucedió en junio de 2021, con 23 años, como consecuencia de su ansiedad social y una depresión con la que reconocidó llevar lidiando desde 2018. El desencadenante fue la decisión de la japonesa de no dar ruedas de prensa durante la competición.
Se arriesgaba por ello a ser descalificada y multada. Los organizadores de Roland Garros se pusieron en contacto con ella para ofrecerle apoyo y, también, "recordarle sus obligaciones" y pedirle que reconsiderara la "falta de compromiso" su posición. Finalmente, Osaka anunció su decisión de retirarse del torneo parisino.
"Me pongo muy nerviosa y me estreso tratando de dar las mejores respuestas que puedo. En París me estaba sintiendo vulnerable y ansiosa y pensé que el mejor ejercicio de autocuidado era evitar las ruedas de prensa", explicó en un comunicado al respecto. En el mismo también argumentó que esperar que los jugadores respondan preguntas después de una derrota equivalía a "patear a una persona mientras está en el suelo".
Fotos | Gtres