Un nuevo estudio científico, publicado en The Journal of Neuroscience, ha descubierto que hacer ejercicio de gran intensidad puede ser estupendo también para hacer fitness mental y lo más importante, una solución estupenda para librarnos de la depresión.
Si estás pasando por una fase de bajón parece que hacer ejercicio (del duro, además) es lo que menos te apetece, pero las últimas investigaciones demuestran que es la mejor solución para salir del Lado Oscuro.
Y es que sudar la gota gorda en el gimnasio ayuda a aumentar la presencia en nuestro organismo de dos neurotransmisores fundamentales para conseguir sentirte mejor contigo misma. Se tratan del ácido glutámico y del ácido gamma-aminobutírico, cuyo papel principal es, en el primer caso ser un comodín para el intercambio de energía entre los tejidos, y en el segundo, la reducción de la excitabilidad neuronal a lo largo del sistema nervioso.
De esta manera, el ejercicio cobra protagonismo a la hora de combatir la depresión y otros problemas neuropsiquiátricos relacionados con la deficiencia de estos dos neurotransmisores. El autor de este estudio, el Dr. Richard Maddock (profesor en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad Davis Health System de California), afirma que “su estudio demuestra que el ejercicio activa el circuito metabólico que repone estos dos neurotransmisores”.
Además demuestra que hacer ejercicio de gran intensidad es una de las actividades más exigentes a las que se enfrenta nuestro cerebro, mucho más exigente que resolver una integral o jugar una partida de ajedrez, pero nadie sabía qué pasaba con toda esa energía que generaba. Según Maddock “aparentemente, genera más neurotransmisores”.
Para demostrar esta afirmación, el estudio contó con la participación de 38 voluntarios que hicieron ejercicio en bicicletas hasta alcanzar el 85% de la capacidad máxima de su corazón. Los investigadores midieron los niveles de ácido gamma-aminobutírico y glutamato en diferentes partes de su cerebro tanto antes como después de las sesiones de ejercicios. Además, también hicieron mediciones en un grupo de voluntarios que no practicó ejercicio. El resultado mostraba claramente que las personas que habían hecho ejercicio tenían mayores niveles de glutamato y ácido gamma-aminobutírico tanto en el cortex visual, cuyo objetivo es procesar la información visual, como en el cortex del cíngulo anterior, que ayuda a regular los latidos del corazón, pero también tiene un papel importante en nuestras funciones cognitivas y emocionales.
Así que la próxima que te sientas depresiva, estés triste o necesites animarte una buena solución (aunque sea lo último que te apetezca hacer en este mundo) es calzarte tus zapatillas de deporte y salir a la calle a sudar un poco.
Fotos:Pixabay.com
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