Todos tenemos una postura de confianza a la hora de dormir. Recurrimos a ella casi por inercia cuando nos acostamos en la cama, pero otras veces, de forma consciente, cuando nos cuesta conciliar el sueño, apostamos por colocarnos en la posición más cómoda, nuestra favorita, con el finde conseguir dormirnos cuanto antes. Lo cierto es que cada uno tiene su predilecta, hay quienes prefieren colocarse boca arriba, quienes sí o sí necesita tumbarse boca abajo en el colchón y quienes optan por posturas fetales, pero, ¿cuál de todas es la mejor?
Por una parte los estudios científicos han descubierto que el número de veces que las personas cambian de postura durante el sueño disminuiría con la edad y que los adultos mayores preferirían dormir sobre su lado derecho, una posición que podría ayudar a regular la tensión arterial.
Mientras tanto, otras investigaciones han notificado que las personas tienden a pasar más de la mitad del tiempo de sueño en una postura de lado, y que los pacientes mayores y obesos se mueven menos que los más jóvenes durante la noche. Y es que está claro que dependiendo de las personas y sus condiciones existen unas posturas más cómodas que otras.
Mientras tanto, dormir boca arriba no es una de las posturas más recomendadas para las personas que padecen apnea del sueño, ya que les es mejor cambiar a dormir de lado para poder reducir los episodios de apnea y evitar que las vías respiratorias se colapsan o dejen de funcionar correctamente, haciendo que la persona deje de respirar varias veces por noche.
Bien es cierto que en los estudios científicos llevados a cabo en animales, dormir de lado se ha relacionado con una mejor cognición, así como un menor riesgo de demencia, ya que podría ayudar a eliminar los residuos cerebrales. Aún así no existen estudios científicos que corroboren al 100% esta cuestión ya que los resultados en animales no siempre se traducen de forma similar en los humanos.
Si no se padece ningún tipo de enfermedad, lo ideal es dormir en la postura que nos sintamos más cómodos y es que no debemos tampoco de obsesionarnos con dormir de una forma u otra ya que podría traer efectos contraproducentes retrasando la conciliación del sueño por una preocupación exacerbada de la postura en la que supuestamente debemos colocarnos.
Fotos | cottonbro studio en Pexels, Julian Jagtenberg en Pexels
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