La madrugada del sábado 26 al 27 de octubre, como ocurre cada año, tocará atrasar los relojes y a las tres de la madrugada volverán a ser las dos. El cambio de horario de invierno es quizás una de las cosas que nos unen a casi todos los españoles en una opinión común, lo detestamos. Y es que una nunca está preparada para ver como de repente atardece a las 18:30. Terminamos de trabajar y parece que el día ya anuncia su fin, algo que más allá de gustarnos o no, a nuestro cuerpo le pasa factura.
Nuestro organismo nota el cambio horario y, aunque el de invierno tiende a afectarnos menos, algunas personas sienten en su cuerpo ciertos efectos que suelen traducirse en sueño y sensación de cansancio. Esto se debe a que al quitar o añadir una hora de sueño se pueden alterar nuestros ritmos circadianos, y es que aunque en esta ocasión durmamos una hora más, se produce igualmente una ruptura de la rutina del sueño, lo que podría provocarnos una sensación similar al jet-lag, o un aumento de las migrañas, explican desde Vitónica.
Es precisamente cuando se da una alteración del sueño cuando nos cuesta adaptarnos más al nuevo horario, culpa de la somnolencia y la falta de concentración. Aunque eso no es todo, según un estudio científico, durante los tres primeros días, tras el cambio de horario, podría aumentar la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio en un 5%, consecuencia de ese desajuste de nuestro periodo de sueño.
¿Cómo podemos combatir los efectos adversos del cambio de hora?
Desde la Fundación Nacional del Sueño, insisten en tener unos horarios fijos para dormir si queremos evitar posibles trastornos del sueño, es decir, intentar mantener las horas fijas de descanso. Para no pasar por un cambio brusco, desde Vitónica aconsejan anticiparnos al cambio horario e ir adaptándonos poco a poco los días antes, cambiando nuestro horario de sueño unos 15 o 20 minutos. También es esencial tener unos buenos hábitos de sueño todo el año, aunque este fin de semana, quizás deberíamos prestarle especial atención a la temperatura, la luz y el ruido de nuestra habitación haciéndola más acogedora, así como evitar los aparatos electrónicos justo antes de acostarnos.
Otros hábitos que recomiendan desde Vitónica para lograr un descanso más óptimo a lo largo del año y en esta fecha específica, es evitar cenas muy copiosas, hacer deporte y exponernos un rato a la luz solar. Y es que, si a las que se nos hace cuesta arriba el cambio de hora de invierno se nos junta con el insomnio, aún le tenemos más tirria. Por eso estas simples acciones pueden ser nuestras aliadas para dormir mejor durante dicha noche y los días posteriores.
Fotos| Marcus Aurelius en Pexels, Kampus Production en Pexels
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