No hay mejor secreto para practicar deporte a gusto que encontrar algo que te motive y a lo que te apetezca ir. Por eso, de un tiempo a esta parte, me he dedicado a buscar opciones que disfrute. Así nunca me salto las sesiones de ejercicio físico semanales. Y el twerk ocupa un lugar clave en mi lista.
El inicio de esta relación de amor estuvo marcado por la pandemia. Cuando salir a bailar no era posible y la lista de planes sociales estaba muy reducida. En un momento en el que el teletrabajo estaba instaurado en mi vida al 100% y casi no salía de casa, encontré una opción viable para "salir de fiesta" en las clases de baile. Y como soy una loca del reggaeton, elegí el twerk.
Tuve la suerte de dar con una fantasía de academia. Revolution Place (Calle del Gral. Palanca, 26, 28045 Madrid) fue un flechazo a primera vista y me ha cambiado la vida. En un año he pasado de un nivel cero a uno aceptable y lo más importante de todo, he ganado un montón de confianza en mí misma.
Ir a twerk es un subidón. Esta academia de Madrid es experta en subir la autoestima y en ella se respira buen rollo y aceptación. Jack Gómez (el dueño) ha conseguido crear un ambiente cómodo y divertido en el que, además de aprender, te lo pasas genial. Y la sensación no es sólo mía. Al preguntar a compañeras los cumplidos rebosan.
La sensación de empoderamiento es generalizada:
"Al salir me siento la persona más buenorra del mundo" (Consuelo Vergaja), "te sube el autoestima" (Sandra Pulido), "lo siento como un lugar lleno de buena vibra donde salgo de mi cascarón" (Nabi), "cuando salgo me siento mejor y con más energía que antes de entrar" (Elena Ortiz), opinan las asiduas si les preguntas.
Entre sus alumnas lo más destacado es la conexión con las compañeras y la sensación de aceptación:
"Ir a Revolution es un spa en medio de la semana, por la comunidad, el baile y todo lo que se crea allí" (Leda Duelo), "es un ambiente seguro y en el que me siento mejor que en casa", (Elena Ortiz).
Y es que en palabras de Miriam, "es una academia donde la gente va con cero pudor y nos animamos". Lo que, tal y como nos cuenta (y corroboro), es posible gracias a los profesores y su dinámica.
Bailar twerk
Bailar twerking es mucho más que mover el culo. Tiene una técnica detrás inmensa. Este baile se compone de una gran variedad de pasos (shake, tiktok, giggle, cuadrado...) y para empezar a adentrarte en su mundo es esencial que te los enseñen desde cero.
Aviso, las primeras semanas las agujetas son potentes. Es preciso mucha fuerza de piernas y eso, amigos, se nota. Pero después de este periodo de adaptación, lo tienes hecho. Aunque nadie te quita que alguno de los profes más cañeros de la academia monte una clase intensa de la que saldrás roto.
En España existe un gran talento detrás de este estilo de baile y contamos con perfiles como Susana y Luisa Buitrago, campeona y subcampeona de los European Twerk Champions Spain 2017, o Alex Fraga y Miren Edurne, ganadores de International TWERK champions 2022.
Además, existe todo un mundo alrededor como tiendas de ropa especializadas y eventos con batallas y clases de profesores de fuera.
Pero para iniciarte puedes empezar por unas rodilleras de danza moderna y unas mallas. Después, puedes entrar al universo Shein donde hay millones de culottes a buen precio. El nivel experto sería acudir a estos eventos especiales del mundillo para comprar cosas más allá.
Vídeos de coreografías profesionales
Uno de los plus que tiene la academia de baile es que cada tres semanas aproximadamente graban un vídeo a los alumnos bailando la coreografía que han estado aprendiendo. Y no un vídeo cualquiera. Cosas tan chulas como las que hace la famosísima academia Playground de Los Angeles. Con luces y máquina de humo y todo.
La experiencia es lo más y el resultado una pasada para fardar en las redes y poder comprobar tus avances con el paso del tiempo.
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Foto de portada | @patriciadlt
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