A todos nos ha pasado alguna vez, a media noche o justo un par de minutos después de meternos en la cama, aparece una especie de contracción repentina del músculo que suele manifestarse en un dolor punzante que puede durar un par de segundos o minutos. Estos espasmos pueden darse en cualquier músculo, aunque lo más común es que se manifieste en las extremidades, y es que a todos nos suena esa sensación cuando se nos sube el gemelo o la molestia típica en los pies. Que no cunda el pánico, en principio los calambres no están relacionados con ninguna patología grave.
Como explican desde Vitónica, las causas principales por la que estos espasmos nos visitan, especialmente por la noche, son el dolor muscular, la fatiga o un uso excesivo de la musculatura que está siendo afectada. Aunque tienden a aparecer de forma más asidua en las extremidades inferiores, también podemos sufrir espasmos musculares en la espalda por el atrapamiento nervioso o incluso en la cara, culpa del estrés y la ansiedad.
¿Por qué aparecen los calambres?
Una de las razones más comunes por la que aparecen los calambres es hacer ejercicio físico y olvidarnos del calentamiento inicial, así como el estiramiento tras la sesión fitness. Como indican los expertos de Vitónica, la musculatura antes de poner en marcha un entrenamiento tiene una tensión normal, y al no estirar adecuadamente los músculos que vamos a trabajar, se da en la zona un exceso de tensión, lo que hace que sea más probable la aparición de espasmos musculares.
En las épocas de calor somos más propensos a que nos den espasmos musculares, tanto por las altas temperaturas o por una posible deshidratación. Cuando no recuperamos del todo las sales minerales como el potasio, magnesio o calcio, nuestro cuerpo se hace más vulnerable a los espasmos musculares. De hecho, esto junto con el dolor muscular sitúa a los deportistas como uno de los grupos con mayor riesgo a presentar calambres. A ellos se unirían las mujeres embarazadas y las personas con obesidad, por su capacidad de termorregulación, según explican desde Vitónica, dado que su condición física aumenta el riesgo de deshidratación
¿Cómo tratamos los calambres?
Para prevenir su aparición es esencial no sobrecargar la musculatura, hidratarnos correctamente y calentar y estirar antes de los entrenamientos. Si aun así sufrimos algún que otro calambre, en principio no deberíamos de preocuparnos, porque suelen aparecer y desaparecer en muy poco tiempo. Si se alarga el dolor puedes optar por masajear cuidadosamente el músculo afectado. Verás como pronto va desvaneciéndose la molestia poco a poco.
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