Unos investigadores descubren un "interruptor" en el cerebro que activa nuestro deseo de hacer ejercicio

Este podría ser el botón que enciende nuestras ganas de hacer deporte, según los expertos

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Sabemos que empezar a hacer deporte es algo que cuesta en un principio.  Marcamos una nueva fecha en el calendario en la que señalamos el inicio de una nueva vida fitness, pero a veces la falta de costumbre a la rutina deportiva hace que acudir al gym se nos haga un tanto duro. Luego, como todo, es ir adaptándonos y poco a poco ir construyendo un nuevo hábito que finalmente se integrará en nuestro día a día. Cuanto más deporte practicamos más ganas tenemos de ello.

Esta idea es algo que han tenido muy cuenta una investigación liderada por Guadalupe Sabio, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que se ha publicado en el revista Science Advances, la cual podría haber descubierto un interruptor que activa el deseo de moverse. En dicho estudio, se ha observado como durante el ejercicio, el músculo activa proteínas que incitan a seguir haciendo dicha actividad.

Los investigadores tomaron nota de que cuando los músculos se contraen de manera repetida e intensa por el ejercicio se activarían dos proteínas de una misma familia, llamadas p38α y p38γ. Estas proteínas se regulan entre sí, de forma que el interés por hacer deporte es mayor o menor dependiendo de cuánto se activa cada una. Esta sería la razón por la que aquellos que practican deporte les apetece más llevar a cabo actividades físicas.

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Esta idea nos resulta bastante alentadora, ya que muchas emprendemos ciertas rutinas deportivas como una obligación autoimpuesta para huir de la vida sedentaria y gozar de un estado de salud mejor, aunque a veces sin demasiada motivación. Esto es algo que podría llegar a cambiar una vez que empezamos a añadir actividad física frecuente a nuestro día a día.

La investigación científica presentó tanto resultados basados en datos obtenidos en modelos animales como en humanos. Estos últimos fueron un grupo de  voluntarios que realizaron ejercicio controlado así como pacientes con obesidad. En los humanos se observó como ambas proteínas p38 se activaban en músculos que se ejercitaban con una intensidad creciente. Además, se detectó un aumento en los niveles sanguíneos de IL-15, donde los pacientes con obesidad presentaron valores más bajos.

A través de dicha investigación también se ha notificado la importancia terapéutica potencial de esta vía en el tratamiento de la obesidad y las enfermedades metabólicas. Y es que, aunque a menudo nos cuestan coger el gusto al deporte, basta con dar con una actividad que se adapte a ti y ponerte manos a la obra a entrenar. Un must para presumir de cuerpazo y a la par cuidarnos por dentro.

Fotos | Andrea Piacquadio en Pexels, Blue Bird en Pexels

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