Hay series que curan, como esta de Netflix que me enseñó a perdonarme, y de las que aprendemos mil cosas distintas. Me gustan especialmente aquellas que ponen en alza el valor de la amistad entre mujeres, porque aquí si sabemos de algo es de ser unas girls' girls, es decir, estar ahí para celebrar la hermandad femenina apoyarnos de forma incondicional, siempre y cuando sea lógico, claro, y en The Bold Type eso lo hacen a las mil maravillas.
The Bold Type: fui buscando cobre y encontré oro
Algunas producciones siempre dejan un vacío en el corazoncito. A mí por ejemplo me pasó con Gossip Girl en su momento y con Sexo en Nueva York, claro. ¿Se trata de series que te enseñen algo que tú no te hayas planteado nunca? Pues probablemente no, aunque la segunda obró milagros en su momento cuando se estrenó y la sexualidad femenina no se trataba de forma tan abierta.
Sin embargo, ambas series me ofrecen lo mismo: son una zona de confort. Dos buenos resortes que me ayudan y me han ayudado a subsistir en muchas ocasiones. Y claro, en parte por eso voy buscándolas en nuevos guiones, como si fuera un ex que no ha superado a su pareja. Por supuesto, las expectativas suelen estar bastante altas, ya que no solo estoy enganchada a ellas, sino a lo que viví con ellas y a ese momento idealizado, por lo que las miras están por las nubes.
Y a pesar de todo eso, The Bold Type logró sobresalir. Como periodista de moda y estilo de vida, entenderás que todo aquello que gire en torno a la vida en los medios de comunicación, de entrada me llama, más aún si se trata de una revista. Ya en su momento me pillé por El Diablo Se Viste de Prada, otra peli a la que recurro de tanto en cuanto. ¿Las últimas conclusiones? Ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos: ¡vaya amiguitos y vaya novio que se gastaba Andy!
La traducción del título vendría a referenciar a la letra negrita, aunque también significa valiente y atrevida, algo muy lógico teniendo en cuenta todo lo que va aconteciendo durante el transcurso de las temporadas. En esta producción hay tres personajes principales, Jane, Kat y Sutton, que trabajan en una revista de moda de tirada nacional en Estados Unidos. Cada una tiene un rol en la empresa: la primera es periodista, la segunda está al cargo de las redes sociales del medio y la tercera, que comienza siento asistente personal, termina convirtiéndose en estilista.
La historia cuenta el proceso de crecimiento de las tres profesionalmente, tanto dentro como fuera de Scarlet, el nombre de la revista, y sus vaivenes y desarrollo a nivel personal, algo que va entroncando de forma lógica con lo primero.
Pero sobre todo The Bold Type es un canto a la amistad, a que es posible derribar esos clichés que se han empeñado en imponernos en la sociedad heteropatriarcal de que las mujeres somos muy malas con otras mujeres y que nos resulta imposible ser amigas entre nosotras. Es el reflejo de cómo las cosas se hacen posible teniendo el apoyo de nuestras amigas, compañeras y hermanas. La realidad de que hay jefas que te quieren bien, que te enseñan y que son capaces de aprender de ti sin sentirse amenazadas.
Yo quiero la amistad de Jane, Kat y Sutton, no la de Carrie Bradshaw
Sí, sí, ya sé que he dicho que soy muy fan de Sexo en Nueva York y de la mayoría de looks de Sarah Jessica Parker en la serie, pero eso no quiere decir que sea una carriecéntrica confesa, como dicen Pachi y Ra en Sexo en Nueva York Podcast. Seamos sinceras, ahí la mejor amiga de las cuatro era Samantha, Carrie era simplemente ella necesitando que le hicieran casito todo el tiempo y logrando que hasta los momentos más dramáticos de Charlotte o Miranda girasen sobre ella.
¿Que voy a seguir viendo Sexo en Nueva York? Evidentemente, pero no se pueden negar ciertas cosas, como que la amistad de Kat, Sutton y Jane, aún teniendo sus lagunas en momentos determinados, es mucho más sana y realista que lo que nos planteaba Michael Patrick King en su adaptación de la novela de Candance Bushnell, mucho más voraz que la serie.
Carrie, hija mía, que prácticamente obligaste a Charlotte a que empeñase su anillo de compromiso, cuando ya estaba divorciada, para que te diese el dinero de la entrada de tu piso de renta antigua y todavía no sabemos si ese cheque fue de vuelta. Que tus amigas te dijeron que fueses a terapia porque ya no podían más contigo y te reíste en sus caras. Que eres incapaz de comprender los momentos de Miranda a la vez que criticas su falta de sensibilidad. Carrie, que menosprecias a Samantha, la única que nunca de juzga desde un prisma negativo, que te escucha, todo el tiempo. Ya basta, ya está bien.
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