Cuando Ingmar Bergman creó su miniserie sueca Scenes from a marriage no imaginaba que más de 40 años después HBO pondría a dos grandes estrellas de Hollywood a hacer un remake destinado a convertirse en una de las mejores series del año.
Hagai Levi, director acostumbrado a hablar de relaciones complicadas como en The Affair, actualiza este clásico y apuesta por un ritmo pausado y cadente no apto para impacientes.
Los episodios comienzan fuera de escena con una cámara que sigue a los actores en el plató hasta que comienza el rodaje. Como un vistazo previo que nos recuerda que eso que al final del capítulo nos sabe a verdad, es en realidad una ficción en la que brillan Jessica Chastain y Oscar Isaac.
Cuando se escucha acción descubrimos a Jonathan y Mira, un matrimonio con una pequeña hija de 4 años. Él es un profesor de universidad de filosofía y ella, una ejecutiva de una empresa tecnológica.
Con ellos exploraremos no solo los límites del amor, sino el odio, el deseo, la monogamia y la separación a través de una pareja contemporánea en la que una decisión trascendental pondrá el punto de partida al deterioro de su relación.
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Jessica Chastain y Oscar Isaac son los protagonistas absolutos de este vistazo a un matrimonio en el que ambos actores aportan una profundidad única a los personajes de la serie. Sus deseos, sus secretos y su más absoluta intimidad se verá expuesto de una forma sincera y sin filtro. Los actores y su química (que pudimos observar en la alfombra roja de Venecia) son los culpables del que será el próximo éxito de HBO después de The White Lotus.
Ellos son, sin dudarlo, la razón por la que merece la pena mecerse al lento ritmo de la serie. Parecen querer arrasarse el uno al otro con sus fantásticas interpretaciones pero a la vez se acoplan de una forma natural y casi perfecta hasta copar la escena y hacerla suya. Juntos. Al compás de una melodía que parece compuesta a su medida.
Con un estreno de episodios semanal, este complejo relato sobre el amor ya nos ha conquistado, aunque no es una serie para todos. Cadente, lenta en ocasiones pero de forma intencionada y con tantas capas que parecen pesar sobre nosotros, como una manta en invierno.
Una fuerte carga dramática que ya notamos en el primero de los capítulos y que seguirá sin duda en los siguientes en la que ya es, una de las mejores series del año en HBO.
Fotos | HBO