“El buen sexo es como el buen bridge. Si no tienes una buena pareja, mejor que tengas una buena mano”, decía Mae West. Y no le faltaba razón. La masturbación femenina se ha convertido en nuestra herramienta imprescindible en tiempos de coronavirus.
Estar sola durante la cuarentena podía ser un problema hace unos cuantos años, pero hoy en día ya no significa ni mucho menos que tengas que renunciar al placer de un orgasmo. Aprender a tocarte nunca está de más (con un plus añadido: se te pasará el tiempo mucho más rápido y te ayudará a desconectar de todo lo que te preocupa). Toma nota.
La historia ha establecido imposiciones férreas al placer de la mujer. Sin ir más lejos, el cinturón de castidad era de hierro. “Aún hoy, en muchos países, los fundamentalismos (ya sean culturales, sociales o religiosos) son responsables de que miles de niñas sufran mutilaciones genitales. Nuestra sexualidad y nuestro placer han sido castigados desde hace siglos, como método de ‘corrección’. Hoy es esa idea de corrección lo que hay que corregir”, explica María Hesse en su libro más íntimo y personal, ‘El Placer’.
No es de extrañar que para alguna aún resulte incómodo hablar de la masturbación. Pero todo lo contrario: no hay nada de lo que avergonzarse, ni sentirse culpable (y te explicamos por qué).
¿Qué técnicas utilizamos para masturbarnos?
Según la experta universitaria en Sexualidad Humana y Educación Sexual, existen cinco formas básicas de masturbación femenina:
- Estimulación de la zona clitoriana/vulvar, normalmente con la mano aunque también con vibrador (puedes estimular tu clítoris con una mano a la vez que te metes uno o varios dedos de la otra en la vagina).
- Frotación de la zona clitoriana/vulvar con un objeto blando (Ejemplo: túmbate boca abajo en la cama y presiona o frota tu pubis contra ella).
- Presión rítmica de los muslos (junta las piernas o crúzalas y presiona rítmicamente los muslos a la vez que contraes tu musculatura PC).
- Masaje con agua en la zona clitoriana/vulvar (prueba a dirigirlo hacia tus genitales y ver qué sucede. Juega con la temperatura del agua y la fuera y forma en que sale. Si la alcachofa es moderna, mejor).
- Sólo inserción vaginal.
Y aunque todas las formas de autosatisfacerse se agrupan en estos cinco grandes grupos, Masters y Johnson descubrieron que, entre las mujeres que participaron en su estudio, no hubo dos que se masturbaran de la misma manera. “Igual que todos los orgasmos son válidos, también lo son las formas de masturbarse. No hay mejores ni peores métodos de autosatisfacerse”, concluye Sylvia de Béjar.
Cómo darnos placer
Mantak Chia y Dra. Rachel Carlton Abrams recogen en su obra 'La mujer multiorgásmica' los pasos necesarios para llegar al orgasmo:
1. Enciende tu energía sexual: Los sexólogos coinciden en que lo fundamental es dedicarte al menos una hora para ti (y ahora tienes tiempo infinito) y recomiendan iniciarte con ejercicios que despierten sensaciones en todo el cuerpo.
Encuentra tiempo en el autocultivo en un ambiente sensual y seductor: Pon música sensual y rodéate de velas, aceites, almohadas... “Se trata de que te acaricies donde más te complazca. Puedes embadurnarte con crema, mirarte en un espejo y/o hacerlo metida en un baño de espuma. Recurre a la imaginación y recrea alguna escena que te haya excitado ”, recoge la escritora. También puedes probar a leer tus pasajes favoritos o a ver una película erótica. Recuerda que cuanto más intenso sea tu deseo y tu energía sexual, más fácil te resultará tener un orgasmo. Si te das un baño previo saldrás más relajada, caliente y dispuesta a estarlo todavía más.
2. Acaricia tu anatomía del placer: Empieza a acariciarte la zona genital: "el monte de Venus, los labios mayores, menores (externa e internamente), la apertura vaginal, el clítoris. ¿Dónde te gusta más?”, se pregunta de Béjar. Y advierte que si te molesta masturbarte directamente el glande, pruebes a intentarlo por encima del capuchón o en el área circundante y sin miedo.
Chia y Carlton Abrams hablan sobre la importancia de emplear un toque sedoso (o más áspero) para acariciarte los pezones y otros puntos sensibles que hayas descubierto en tu exploración. Recomiendan acariciarse el clítoris utilizando los dedos o un vibrador y, si te gusta, echa la capucha hacia atrás. Penétrate vaginalmente con los dedos o con un consolador y estimula tus puntos calientes con caricias superficiales y profundas.
3. Aprieta tu músculo sexual: Contráelo, apretando y sosteniendo rítmicamente mientras te acaricias. Relacionado con esto, otro de los consejos sobre el que coinciden los expertos es que no uses los dedos ‘a lo loco’, sino que empieces con una estimulación suave y luego si quieres, la aumentes. “Cambia de ritmo, intensidad, movimiento y postura corporal. Si algo te gusta, sigue haciéndolo”, añade.
4. Sé constante y no te rindas: ¿Otra recomendación? Persevera y no dimitas a la primera hora sólo porque no te convence la idea del todo: “Puedes cruzar las piernas y presionar tus muslos entre sí, es más, si te apetece, coloca algo blando entre ellas (por ejemplo, una almohada). También puedes probar con un vibrador o con el agua de la ducha. Lo importante es que encuentres la forma de satisfacerte”.
Y lo más importante: No lo hagas siempre de la misma manera. Si adoptas un método que te funciona terminarás apalancándote… Permítete cierta variedad y sé versátil a la hora de gozar sola.
5. Ríndete al placer: Ahora acaríciate el clítoris - explican estos dos maestros - encontrando un ritmo agradable mientras presionas tus puntos vaginales o te acaricias los pezones. Abandona el control y deja que aumente el placer. Muévete o emite sonidos a medida que la sensación se intensifique, deslizándote hacia el placer y dejándote entrar en un delicioso y gratificante orgasmo... Los límites los pones tú.
Razones para no renunciar al placer
“Masturbarse debería considerarse algo natural, algo primordial que forma parte de nuestras vidas, exactamente igual que comer o dormir. Hay muchas razones para autosatisfacerse”, reflexiona de Béjar en su libro 'Tu sexo es tuyo'.
Es liberador, divertido y sano… De hecho, ¿sabías que hasta la Organización Mundial de la Salud ensalza sus virtudes? La masturbación, nos explica, es indispensable, entre otras razones, para:
- Aprender a sentirte cómoda con tu piel
- Descubrir lo que más te va (indispensable para ‘compartirte’ mejor)
- Aliviar tu dolor menstrual
- Aumentar tu libido
- Desconectar de algo que te preocupa
- Para verte mejor (después irradiamos belleza y no de revista, sino auténtica)
- Porque conocer cómo reacciona tu cuerpo te da seguridad en tus relaciones de pareja
- Para mantener a raya el índice de natalidad
- Porque es la mejor escuela. ¿Cómo pretendes enseñarle lo que te gusta o lo que no si no lo sabes ni tú?
- Nunca has disfrutado de un orgasmo y quieres descubrirlos
- Para probar cosas nuevas
- Porque no tienes pareja o la tienes, pero estos días de confinamiento habéis optado por no tocaros y tú no quieres renunciar a tu sexualidad
- Porque te apetece... y punto