Eso de que los polos opuestos se atraen es posiblemente uno de los mitos del amor romántico más vendidos del mundo. Y, sorpresa, no es cierto. De hecho lo que ocurre en muchas ocasiones es que confundimos amor con magnetismo.
En palabras de Carolina Aita Franceschini, coach y experta en Inteligencia Emocional, “la mente humana tiende a buscar aquello en lo que nos diferenciamos en los otros mientras que en cuestiones afectivas ponemos énfasis en buscar las coincidencias. En ciertas cuestiones, como los valores, éstos deben ser compatibles para que la relación funcione”.
Si se hiciera una secuela de cada una de las comedias románticas clásicas que nos han vendido eso de que los opuestos se atraen, veríamos en la mayoría de las ocasiones una película parecida a Historia de un matrimonio que termina en una separación. Y no lo digo yo. Lo dice un estudio reciente que ha revelado que nos atrae al buscar pareja.
Los polos opuestos no se atraen según la ciencia
El estudio ha sido publicado en Nature Human Behavior por Tanya B. Horwitz, Jared V. Balbona, Katie N. Paulich y Mateo C. Keller y es un análisis realizado por la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, que ha realizado sobre más de 130 rasgos y con millones de parejas a lo largo de más de un siglo.
Se realizaros revisiones sistemáticas y metanálisis de efectos aleatorios de las correlaciones entre parejas humanas entre hombres y mujeres en 22 rasgos comúnmente estudiados por psicólogos, economistas, sociólogos, antropólogos, epidemiólogos y genetistas. Para ello, se usaron ScienceDirect, PubMed y Google Scholar, y se revisaron más 199 estudios.
El resultado: los polos opuestos no se atraen, de hecho entre el 82% y el 89% de los rasgos analizados tenían más probabilidades de parecerse que de no parecerse.
Tanya Horwitz, doctoranda del Departamento de Psicología y Neurociencia y del Instituto de Genética del Comportamiento, afirma de hecho que “los hallazgos demuestran que las aves del mismo plumaje tienen más probabilidades de juntarse”, y lo mismo ocurre con quienes no somos aves (aunque algunos lo parecen si hacemos caso de la técnica de vulturing), porque sólo en el 3% de los rasgos en una parte del análisis, las personas tendían a formar pareja con aquellos diferentes.
En qué nos fijamos al buscar pareja
Cuando buscamos pareja no nos fijamos en la bio de Tinder (por muy divertida que sea). Ni siquiera en el físico. Nos fijamos en que nuestra pareja tenga una ideología o un nivel educativo similar.
Tanto las creencias políticas como religiosas, y el nivel educativo y una inteligencia similar, mostraban en el estudio correlaciones especialmente altas. Nos fijamos en quienes tienen valores, creencias y estilos de vida similares a los nuestros. Eso de que el secreto de la felicidad en pareja es el amor, es algo con lo que la ciencia no está de acuerdo, y este nuevo estudio reafirma lo que necesitamos para que nuestra pareja funcione: parecernos.
El físico podría ser un rasgo interesante en los primeros momentos, durante la atracción, pero no es algo que busquemos en una pareja. Rasgos como la altura, el peso o las condiciones médicas mostraron en el estudio correlaciones mucho más bajas, lo que significa que no nos importa tanto. ¿Sorprendida? Para nosotras estaba claro que eso de que los polos opuestos se atraen es tan poco verdadero como lo de que el amor no tiene edad, aunque siempre habrá excepciones.
Fotos | Blake Cheek, Kenny Eliason, Devon Divine y Renate Vanaga en Unsplash
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