Vivimos la era de la liberación sexual. La sociedad ya no vive determinada por dogmas religiosos. Los desnudos en películas y series están a la orden del día y cada vez tenemos más juguetes sexuales con los que darnos placer. Es el boom de la sexualidad en todos los aspectos: hemos roto tabús de todo tipo. Y, a pesar de todo, practicamos cada vez menos sexo, especialmente los hombres.
Hablamos de sexo, pero no predicamos con el ejemplo
Porno, sex toys, cultura sexual, liberación femenina, homosexualidad abierta y hasta poliamor donde hay sitio para todos. No cabe duda de que somos la generación sexualmente más abierta y hemos eliminado todo tipo de vergüenzas de la conversación sexual. Pero algo nos ha salido rana en este movimiento sex-positive a los jóvenes, porque que al menos dos estudios independientes avalen que cada vez tenemos sexo no puede ser una casualidad.
La Universidad de Chicago y el British Medical Journal han llegado a la misma conclusión sobre nuestra vida sexual. Estamos de sequía, especialmente los hombres millennials de más de 25 años. Y lo achacan a numerosas razones, pero nuestra vida moderna, ocupada y mayormente online es la principal y más acuciante de todas.
Netflix, Instagram y el gaming son el mejor anticonceptivo masculino
El estudio realizado en Estados Unidos confirma todos los memes y bromas que se hacían con respecto a Netflix: que los hombres jóvenes dedican más tiempo al streaming, gaming y redes sociales que al sexo. Dicho de forma clara, que tanto tiempo viendo Netflix, haciendo scroll en Instagram y jugando al Fornite ha restado horas de jugar entre las sábanas.
Las mujeres también, pero menos que ellos
Los resultados son bastante sorprendentes, con un 23% de veinteañeros reconociendo que "no han mantenido relaciones sexuales en el último año". Este número se ha duplicado en los últimos 10 años, chocando con el de las mujeres, que también se ha reducido pero en un 18%.
La ansiedad y el estrés protagonizan la sequía sexual millennial
El segundo sondeo del British Medical Journal señala que lo mismo que ocurre al otro lado del charco se extiende por Europa. Sí, España incluida. Pero busca las razones más allá de nuestro vicio digital, al que también enumeran como uno de los principales causantes. De hecho, 2007 fue el año en el que todo empezó a ir cuesta abajo y es exactamente cuando se lanzó el primer iPhone.
Según esta publicación inglesa, en nuestro bajón sexual también influye el no vivir en pareja, el ritmo de trabajo, los horarios laborales con nocturnidad y horas extra, el estrés y la ansiedad. Estos últimos son especialmente remarcables, porque con estas condiciones mentales el sexo es lo último que te apetece. Pero con los antidepresivos que se prescriben para tratarlos el líbido decae al mínimo, así que se convierte en un círculo vicioso.
A juzgar por estos sondeos, que hablemos alto y claro del sexo no significa que se practique cada vez más sexo. Al contrario, especialmente en los hombres millennials donde los problemas de estrés, los horarios imposibles y el universo online se han convertido en el mejor inhibidor sexual. En definitiva, que ahora hay muchas más cosas que hacer al llegar a casa de las que había en 1972.
Fotos | Sex Education, Bold Type, This Is Us, General Social Survey, Unsplash.
