Qué es el edging: la práctica sexual que intensifica los orgasmos en pareja y en solitario que quizá no estás practicando

Aunque muchas personas buscas el placer sin pausas, esta técnica garantiza prolongar más la diversión en la cama

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Muchas personas piensan en la meta antes que disfrutar del camino que los llevó hasta ahí, y en el sexo aplica igual: creemos que el orgasmo puede ser lo mejor de una sesión de sexo o de masturbación, cuando lo más placentero es prolongar la excitación al máximo, lo que puedes lograr aplicando una técnica que quizá te parezca nueva: el edging.

Cuando se trata de traducir anglicismos en el terreno de la sexualidad, a veces nos topamos con palabras que no sabemos cómo aterrizar en nuestra lengua, sin embargo, el edging se refiere a llevar algo al límite, por lo que, en el terreno de las artes del sexo, edging se refiere a la práctica de llevar al placer al extremo, sin rendirse por completo a él.

Esta técnica básicamente se refiere al control del orgasmo cuando, en el sexo o en una sesión de masturbación, nos detenemos justo antes de llegar al clímax, tomando una pausa para respirar hondo, disfrutar de esa casi explosión de placer y continuar de nuevo en lo que andábamos.

Esta práctica no sólo requiere un gran control físico de nuestro cuerpo, sino que también requiere de una conexión con nuestras emociones justo antes del momento del placer total, de ahí que sea una práctica algo difícil de controlar, pero que cuando se domina, nos ofrece muchos beneficios.

Si te preguntas cómo es posible mejorar los orgasmos cuando el edging justamente busca detenerlos, la respuesta está en dejar de lado la presión por conseguir rápidamente el placer, ya que, cuando puedes controlar la situación, el ritmo, el entorno y te sientes cómodo en una sesión de sexo o de masturbación, podrás lograr orgasmos naturales menos precipitados.

Beneficios de la práctica del edging

  • Cuando controlas el ritmo y el tiempo de tu sesión de sexo o de masturbación, puedes explorar nuevas formas de placer que no habías conocido antes, como una posición o una técnica de penetración nueva.
  • Mejora tu concentración: al enfocarte en las relaciones o las técnicas de masturbación que llevas a cabo, podrás controlar mejor el edging.
  • La duración en el sexo se incrementa más, ya que, al haber pausas de por medio en la sesión, el placer se prolonga tanto como tus encuentros o sesiones.
  • Conoces mejor tu cuerpo: así sabrás cuáles son tus puntos eróticos más fuertes y puedes explotarlos y llevarlos al límite, para así poner en práctica nuevas sensaciones.

Cómo empezar a controlar el edging para disfrutar al máximo

  • Comienza con la estimulación: ir poco a poco en este nuevo terreno garantiza que tu experiencia en una nueva práctica sea más placentera si no te saltas ningún nivel
  • Comunícate siempre o cambia el ritmo: si estás en una sesión de pareja, acuerden una señal que los dos identifiquen para detener o bajar la intensidad de su encuentro, si estás masturbándote, baja la intensidad gradualmente hasta que la domines.
  • Detente cuantas veces sea necesario: si estás a punto del orgasmo o la eyaculación, es válido detenerse y tomarse un respiro para procesar todas las sensaciones provocadas para, sí, controlar mejor esta técnica.

Foto de Dushawn Jovic en Unsplash

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