«Si me entero de que mi mujer ha dado mil euros, la corro a bofetadas». José Corbín (cuñado de Rita Barberá), 10 de febrero de 2016. Ojito, siglo XXI. La frase en sí da para mucho más que un artículo. Las excusas (lo dijo de broma, es una forma de hablar) dan para una reflexión profunda sobre la sociedad en la que vivimos.
Yo no sé si José Corbín, abogado, se ha enterado de que las mujeres hace ya tiempo que no son propiedad de sus maridos. Que toman sus propias decisiones, erróneas o no. Que no es la obligación de un marido aleccionarlas. Que tienen derecho a decidir. Vamos, que un marido es un compañero libremente elegido y libre también de marcharse si las decisiones de su mujer no le satisfacen. Sin correr a bofetadas a nadie. Vamos... es que ni me puedo creer tener que aclarar esto en pleno 2016.
En 2015, sesenta y cuatro mujeres fueron asesinadas en el ámbito de la violencia machista. En lo que va de 2016, ya van casi diez. No es que las haya matado este señor, no. Pero bromitas con este tema, las justas. Correr a una mujer a bofetadas es un delito. Bromear con ello, además de una infamia, sitúa al bromista a la altura intelectual y moral de Torrente. Alguien tan grotesco y extremo que creíamos que solo podía existir en la ficción. Pero no... se ve que hay torrentes también en el mundo real.
Dicen que las palabras no matan. Pero los roles de género erróneos, el machismo y el menosprecio de la mujer como un igual... esos sí matan. Flaco favor le ha hecho este hombre a la lucha contra la violencia de género si a una sola persona le han hecho gracia sus declaraciones. Y no está el tema como para dar pasos atrás.
Fotos | Pixabay
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