Hacer ganchillo o punto era un método de entretenimiento para nuestras abuelas, pero lo que no sabíamos es que es mucho más saludable de lo que pensamos porque repercute directamente en nuestro bienestar.
Más allá de hacernos evadir nuestra mente esta actividad es capaz de hacernos aumentar la concentración, estimular nuestra creatividad y, algo muy curioso, fomentar las relaciones sociales. ¿A que no te esperabas que este hobby pudiera tener este beneficio? Pues según este estudio de la Universidad de Cardiff, tejer mejora las relaciones sociales, el bienestar y la calidad de vida de las personas que participan en talleres o actividades que implican hacer este tipo de artesanía con las manos. Y es que la actividad de hacer punto puede ser el vehículo de socialización tanto virtual como real y que lleva consigo la posibilidad de hacer nuevas amistades, algo muy importante para evitar la soledad no deseada en personas mayores.
Pero, además, tejer tiene muchos otros beneficios. Según los expertos, mejora las actividades y procesos cognitivos, contribuye al bienestar psicológico, disminuye los niveles de estrés y para las personas y hace que la mente se mantenga activa. “Las personas que lo realizan disponen de un espacio propio y de un tiempo dedicado a uno mismo en el cual pueden experimentar una sensación de relajación después de un largo y estresado día”, dice este otro estudio.
Algo tan sencillo como coger dos agujas y un ovillo de lana puede tener mucha más repercusión en nuestra salud de lo que pensamos. Crear piezas con nuestras propias manos puede producir sensación de éxito lo cual puede ser el trampolín para realizar otras actividades del mismo patrón. Según el mismo informe, existen varios estudios que dicen que el mero hecho de crear un producto tangible con las manos es visto como una demostración de talento, esfuerzo y habilidad de su creador aportando satisfacción y aumentando la autoestima.
Pero, lo mejor de todo es que la lana y el color que se elige también son una importante repercusión del estado de ánimo sobre todo en las estaciones del año más frías o en aquellos momentos en los que se manifiesta un estado más depresivo.
El potencial terapéutico de hacer punto
Las habilidades físicas, cognitivas, psicológicas, emocionales y sociales son las que recoge este estudio haciendo una recopilación de algunos autores en diferentes artículos. Por ejemplo, mencionan a Corkhill y Dickie quienes dijeron que al tratarse de una actividad repetitiva requiere habilidades físicas y cognitivas, y tejer puede ser potenciador y estimulador de dichas actividades.
Por su parte, Collier dice que el punto estimula la cognición y mantiene la agilidad mental, mejora la memoria y la concentración, la organización y la claridad de los pensamientos. Asimismo, también aseguran que la naturaleza rítmica y sensorial de hacer punto puede tener efectos relajantes lo que le da un gran potencial meditativo y terapéutico. Y, como decíamos, hacer punto en grupo potencia las relaciones sociales y comunicación con los otros y genera un sentimiento de pertenencia que contribuye a la creación de identidad.
Foto | Rebecca Grant Philip Estrada en Unsplash
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