Estos baños tienen su origen en el siglo XVII, aunque parece que para hablar de su origen tenemos que remontarnos a los baños árabes. Este complejo termal se construyó en 1.828 y en él se incluían hasta habitaciones, lo que en la época se conocía como una casa de baños con piscinas de aguas termales de diferentes temperaturas.
Debido a problemas de diversa índole el lugar quedó semi abandonado y a finales del siglo XIX fue cuando Emilio de San Martín, propietario del complejo, llevó a cabo varias obras de reforma para mejorar las instalaciones. Aunque de nuevo, el lugar quedaba a medio hacer debido a las fuertes tormentas que acaecieron en el año 1907 dejándolo completamente en ruinas.

En 1990 el Ayuntamiento de Periana decide retomar esta reforma e impulsar los conocidos en la actualidad como Baños de Vilo convirtiéndolos en un reclamo turístico que muy pocos tienen el gusto de conocer.
El lugar es un regalo de la naturaleza en un enclave inigualable que se encuentra medio escondido entre la vegetación cuyas aguas brotan de la poza de Vilo, a una temperatura constante de 21 grados y tienen propiedades sulfhídricas, magnésico-cálcicas y nitrogenadas.

No esperes encontrar un balneario con materiales de mármol sino una piscina natural esculpida hace más de 1.000 años que guarda toda la esencia de su época. Esta piscina cuenta con unos nueve metros de diámetro y un poco más de un metro de profundidad, y es perfecta para disfrutar de estas aguas y de un baño relajante.

Se trata de un espacio completamente gratuito que se encuentra a unos 55 kilómetros de Málaga y de acceso muy fácil por lo que se puede convertir en uno de tus próximos planes para disfrutar de las buenas temperaturas del inicio de la primavera.
Fotos | Diputación Provincial de Málaga
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