Cuando hay talento hay pocas cosas que se resisten. Gucci lleva unas temporadas dando una lección magistral de cómo reinventarse y arrasar en el mundo de la moda. Si hay alguna prenda difícil de reincorporar a la actualidad son las de piel, esos caros abrigos que los relacionamos siempre con las personas más maduras y que siempre suelen tener un punto de cierto clasicismo y aburrimiento. Ahora todo cambia, los estampados también tienen hueco aquí.
Son caros, por no decir carísimos, podríamos decir que prácticamente un sueño. También son maravillosos, auténticas obras de arte que no bajan de los 25.000 euros pero que dejan sin habla. Estrellas multicolores, plumas de pavo real y miles de estampados que los fusionan con técnicas realmente complejas para crear estas piezas de coleccionista. Algunas "it girl" como Chiara Ferragni no para de usarlo en su día a día, prueba de que estas prendas también están conquistando públicos más jóvenes.
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