Las artes manuales hechas con aguja y dedal están de moda. Nada de tejidos tecnológicos irisados que cambian con el sudor o con la luna llena. Volvemos al pasado, a palacios de Maria Antonietas ricas o pobres Escarlatas O´Hara que utilizaban sus cortinas para hacerse vestidos de princesas. Hoy se estila ser femenina y una gran dama, no sabemos hasta cuándo.
Dolce Gabbana
El rey de esta tendencia ha sido el desfile de Dolce Gabbana. Con tintes napoleónicos, de Maria Antonieta y el barroco más excesivo, sus mujeres ensalzaban sus bustos con corsés tirantes y oros poco apropiados hoy para estas épocas de hambruna.
Están en todos los sitios, en el low cost y copiados en otras marcas pero ellos son los originales y se han centrado en la pasamanería de color oro y el encaje para mostrar una mujer nada recatada ni en el gasto ni en las formas.
Etro
El desfile de Etro es más sutil, más de damas que han vivido en épocas más recientes pero siguen ocultando las partes impúdicas de sus transparentes blusas con encajes estratégicamente situados. El brocado se convierte en monocolor, se convierte en una segunda piel y acompaña al encaje.
Gucci
Frida Giannini, la Directora Creativa de la firma se decanta por finas transparencias talladas con sumo cuidado con flores de relieve que ocultan y enseñan a la vez.
El brocado irisado acompaña a sus looks más masculinos que parecen vestir a un D´Artañán del nuevo siglo. Capas y botas de mosquetero, terciopelos de dama de alta alcurnia y brocados de Luis XVI.
Balmain
Sus divas sexies son más de estiletos y pitillos que quitan la respiración con sus súper hombreras, pero en su desfile del otoño 2012 incluye brocados y tapicerías propias de palacios de ensueño, vestidos armados barrocos y camafeos florales en cuerpos y minis de escándalo que las damas no llevarían en público.
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