Por si no lo sabías, la procrastinación no solo es una señal de inteligencia, también es una advertencia de que algo no va bien. No es pereza, ni falta de tiempo. Es una trampa mortal para tu cerebro en forma de ansiedad, tal y como nos explican los expertos de Xataka. De hecho ellos afirman que, según este estudio publicado en la revista JAMA Network Open, “dejar para mañana lo que puede hacer es malo para la salud mental y la salud física”.
Lo confieso, leí este artículo y me agobié, porque suficientes problemas tengo que afectan a mi salud mental como para sumarle además la procrastinación. Por eso busqué con ahínco una solución que pudiera usar en mi trabajo diario, que me ayudara a evitar esas consecuencias nefastas. Le pregunté a mi hermano mayor, fuente de sabiduría, y me dijo: cómete la rana.
No es una broma, ni un chiste malo ni nada de eso, es un truco para aumentar la productividad llamado en inglés “eat the frog”, que promete acabar con la procrastinación en el trabajo. Y funciona. De hecho te diría que ha cambiado mis hábitos como lo hizo la regla de los dos minutos de la que te hablé aquí. No quiero besar a una rana para que se convierta en príncipe, prefiero comérmela, y te cuento cómo.
Qué es “comerse la rana”
Este truco nace de una frase de Mark Twain: “Cómete una rana viva a primera hora de la mañana y nada peor que eso te pasará el resto del día”. Pero no hay que ser literal, sino verlo figuradamente, como si comerse una rana viva fuera lo peor que tenemos que hacer ese día. Es decir, empezaremos la jornada quitándonos de encima las tareas que menos nos apetecen.
El objetivo real de esta técnica es priorizar las tareas, pero sobre todo, evitar la procrastinación y aumentar la productividad. La estrategia “cómete esa rana” te exige completar la tarea en ese día. Esa tarea que tanto te cuesta, que tan poco te apetece. Al quitártela de encima usando “la hora del terror”, lo que consigues es que el resto del día no tengas el peso de esa tarea complicada encima de la mesa. Aumenta tu motivación casi sin darte cuenta.
Además, según este estudio, nuestro cerebro tiene su máximo rendimiento por la mañana, o en las primeras horas de nuestro día, así que usamos esa energía para quitarnos lo desagradable porque el resto de tareas que nos gustan más, podemos hacerlas con menos esfuerzo cognitivo.
Cómo aplicar el truco de “comerse la rana” en el trabajo
Lo primero que tenemos que hacer al levantarnos y comenzar la jornada, es identificar la tarea más desafiante que tenemos durante el día. Según la estrategia “cómete esa rana”, las tareas a abordar primero son aquellas que tienen impacto directo en el resto del equipo. No son contestar emails, ni hacer un informe. Una vez identificada la tarea más compleja, la menos agradable de todas, es hora de ponernos manos a la obra. Un consejo extra: si es muy larga, divídela en objetivos más pequeños para que no se te haga bola. Una vez identificada, no la pospongas. Hazla. Ya. Lo primero del día.
Por ejemplo, en mi caso hoy tenía que hacer un contenido para un cliente sobre un tema que me resulta soberanamente aburrido. Muchísimo. Cuando me ha sonado el despertador a las 6 de la mañana no hubiera empezado con él. De hecho si no hubiera seguido el truco de “comerme la rana”, habría terminado el resto de tareas de mi día y esta en concreto, me miraría desafiante. Habría terminado por posponerla. Ya me ha pasado otras veces. Pero he decidido comerme la rana y no solo lo he hecho más deprisa (en parte gracias al truco del reloj biológico), sino que al quitarme lo más complicado o lo que más pereza me daba, me he sentido liberada. Y el resto del día está siendo un camino de rosas. Me siento más productiva, y de hecho tengo la sensación de que el día me está cundiendo una barbaridad.
Eso sí, es importante que cuando hagamos la tarea en cuestión, estemos concentradas. Deep work a tope. Nada de distracciones de ningún tipo. Solo así conseguiremos terminarla. Es posible que al principio experimentes algo de resistencia mental al hacer la tarea, bien por el nivel de exigencia de la misma, porque es la más aburrida o porque no te gusta, pero aunque este truco exige un poco de fuerza de voluntad, funciona.
Un truco extra: no planifiques esa rana con demasiado tiempo. Es más fácil que lleves a cabo la tarea si no llevas pensando toda la semana que el viernes te toca comértela. Además te digo por experiencia que cuantas más “ranas” te comas, más fácil será comértelas con el paso del tiempo.
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