El trabajo es uno de los ámbitos de nuestra vida en la que más tiempo pasamos y en la que más dedicación invertimos. No solo es nuestra fuente de ingresos, sino que también puede ser fuente de autoestima, de satisfacción y de cumplimiento de expectativas.
Aunque no es el caso para todo el mundo, no es de extrañar que muchas personas quieran poder progresar en sus puestos laborales. No solo porque ir avanzando en nuestros trabajos suele significar una mayor capacidad económica, sino también porque puede darnos sensación de logro y cumplimiento de objetivos.
Sin embargo, no todos podemos avanzar por igual, al mismo ritmo o a los mismos niveles. Esta es la principal base en la que se centra lo que conocemos como el "techo de cristal". Se trata de una metáfora que habla de las barreras invisibles que las mujeres encontramos en nuestro camino y carrera laboral y que nos dificultan el poder llegar a puestos de mayor responsabilidad.
Entre esas barreras y causas encontramos muchas diferentes, algunas internas y otras, la mayoría, externas. Entre las últimas encontramos que las redes laborales o networks tienen mucha importancia.
Qué son las redes laborales y por qué tienen tanta importancia
Las redes laborales son aquellas que creamos con nuestros compañeros de trabajo, con nuestro superiores y con otras personas relacionadas con nuestro sector de trabajo de alguna manera. Aquellas personas que se mueven en el mismo ámbito que nosotras. En definitiva, conexiones laborales.
Las redes laborales, o networks, siguen estando muy masculinizadas. En parte porque los puestos superiores siguen copándolos hombres, pero también porque las reuniones informales, en las que se pueden crear y mantener estas redes, suelen darse fuera del horario laboral. Las mujeres seguimos dedicando más horas al cuidado de la casa y la familia fuera de dicho horario laboral, por lo que ambas cosas suelen ser incompatibles.
Estas redes influyen a la hora de conseguir un trabajo o ser promocionados en otro. A la hora de dar una recomendación de una persona para un puesto de trabajo, la daremos de aquellas que conocemos y con las que tenemos una relación. Si las mujeres no podemos participar en las redes laborales informales, tampoco tendremos tanto acceso a estas recomendaciones.
Cómo empezar a crear nuestras redes laborales
La pregunta es: ¿por dónde empezar a crear networks si no lo hemos hecho nunca? Hay algunos pasos que los principales manuales de psicología y psicología de las organizaciones o del trabajo nos dan.
Este es el caso de la American Psychologycal Association (APA), uno de los mejores manuales de psicología del trabajo en español, Psicología de las Organizaciones o investigaciones como las de Jorge Aguilar y su equipo.
PSICOLOGIA DE LAS ORGANIZACIONES: 19 (Psicologia / Psychology)
Tener presente las personas que ya conocemos y pueden resultar contactos o mentores (y cuidarlos)
A veces nos centramos en la gente nueva que podemos conocer para abrirnos puertas y nos olvidamos de buscar a nuestro alrededor. Es un buen momento para recordar quienes han sido las personas que más nos han cuidado y ayudado durante nuestra carrera laboral.
Mantener el contacto con estas personas, cuidarlos y agradecerles su confianza en ti es un buen sitio por donde empezar. Es más, podemos plantearnos pedirles que hagan el papel de mentores o fijarnos en ellos para saber qué es lo que queremos y cómo podemos conseguirlo.
Mantener el contacto o recuperarlo con antiguos compañeros y colegas
A veces intentamos empezar desde lo más difícil, lo cual suele desmotivarnos. En el caso de crear una red laboral, la forma más sencilla, y que a veces se nos olvida, es empezar por las personas que ya conocemos. Recordar a los compañeros y colegas tanto de otros trabajos, como de carrera o estudios.
Recuperar la relación con ellos, intentar cuidarla y, a partir de aquí, mantenerla, puede ser el paso más importante de nuestra network. Las personas que ya conocemos pueden abrirnos puertas que no esperamos o llevarnos a otras personas que aumenten nuestra red laboral.
Si te dan una tarjeta: quédate, guárdala y úsala
Una de las mayores recomendaciones cuando se trata de hacer redes laborales es hacernos unas tarjetas de contacto y dárselas a las personas que vamos conociendo. La realidad es que puede ser más importante que nosotros nos quedemos con las tarjetas que más nos interesan y las usemos.
Para ello, podemos apuntar detrás cómo conocimos a esa persona, qué nos ha llamado la atención de ella, qué tipo de conversación hemos tenido, etc. Desde ahí, si queremos mantener el contacto con esa persona, tendremos un hilo del que tirar para saber en qué momento llamarle, qué preguntar o qué conversación queremos seguir.
Invertir tiempo y dedicación a estas relaciones
La cuestión de las networks es que no basta con hacerlas: hay que trabajarlas, cuidarlas y dedicarles tiempo. El hecho de tener una lista de números en el teléfono y conocer a mucha gente no basta. De no trabajar en ellas y dedicarles tiempo, no conseguiremos obtener los beneficios que un red laboral puede darnos.
Trabaja la escucha activa para hacer mejores preguntas
Una de las grandes dudas cuando conocemos gente nueva, ya sea el ámbito laboral o en el social, es cómo empezar a hablar con ellos e iniciar una conversación. Una de las claves es, aunque pueda parecer contraintuitivo, trabajar la escucha activa.
Prestar atención total a la otra persona, observar su comunicación no verbal y sus silencios, nos ayudará a aprender a hacer mejores preguntas. La mejor manera de iniciar una conversación es escuchar lo que la otra persona tiene que decir.
No todas las personas de tu red laboral tienen que ser amigos
Algo a tener presente cuando estamos creando una red laboral es que, aunque lo ideal es que las relaciones sean buenas, no estamos haciendo amigos. Es decir, lo más probable es que todos tengamos ya nuestro grupo de amigos. Pero en nuestra network lo que estamos buscando es gente con la que compartir interés laborales, no tanto una amistad.
Cada relación te aporta algo distinto y no necesariamente todas tienen que acabar en amistad. Podemos valorarlas por lo que nos aportan, en este caso valor profesional.
Se trata de cooperar
Las redes sociales no deberían ser unidireccionales. Es decir, cuando estamos trabajando en hacer una buena network es importante que tengamos presente que se trata de dar y de recibir y estar dispuestos a ello. Igual que esperamos que si alguien de nuestra red social conoce de un puesto de trabajo que se adapte a lo que buscamos nos avise, lo adecuado es que hagamos lo mismo por ellos.
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