Tu piel es toda una barrera al paso de los años, protegiéndote de las agresiones día tras día, a nivel físico, químico y fisiológico. Es el órgano más grande del cuerpo, y por lo tanto, también del Sistema Inmunológico. Por todo ello, tiene unos mecanismos propios de defensa que no puedes subestimar.
La lucha contra las agresiones y el tiempo
El tiempo y las agresiones son enemigos constantes de la piel, responsables directos de los signos de la edad. Podemos englobar todos esos daños a los que la piel se ve sometida en físicos, químicos y biológicos.
Entre los físicos, los más destacados son el sol y las radiaciones, sobre todo la ultravioleta. Pero también nos defiende de las condiciones y temperaturas extremas (frio, calor y falta de humedad) así como de los cambios ambientales que nos vemos expuestos por el efecto de la calefacción y el aire acondicionado. Otras agresiones importantes de las que nos protege es de los traumatismos, entre los que podemos destacar la presión, los golpes y la abrasión.
Pero la piel también nos defiende a nivel químico, gracias al manto ácido graso de su superficie, que la mantiene en un pH ligeramente ácido que nos protege de los compuestos alcalinos, así como de las infecciones. A nivel biológico nos protege de numerosos patógenos, como son los virus, bacterias y hongos.
Por otro lado, las alteraciones cutáneas, nerviosas y hormonales pueden confluir. Hasta un 70% de las enfermedades de la piel están asociadas a alteraciones psicológicas. Por lo que podemos decir que aunque de forma indirecta, el factor psíquico influye en la inmunidad de la piel.
Cómo la piel te defiende día a día
La primera barrera inmunológica que el cuerpo presenta contra las infecciones es la cutánea, de forma tanto pasiva como activa. Entre sus características más especiales, está el presentar un pH ligeramente ácido, estar compuesta de ácidos grasos antibacterianos y poseer una flora propia. Sin embargo, existen mecanismos activos mediante los cuales la piel se defiende de los patógenos y otras sustancias ajenas al organismo.
La piel se defiende estratégicamente de forma activa gracias a diferentes células que forman el Sistema Inmunitario. En la epidermis destacamos las células de Langerhans, que son unas leales centinelas que detectan y destruyen los antígenos.
Una vez que el organismo detecta un antígeno extraño, se desencadena una cascada de señales que dan lugar a una respuesta inflamatoria y que provoca que las células de Langerhans se activen y migren desde la médula ósea al foco de infección. Al llegar, detectan y captan ese antígeno, para procesarlo y presentarlo a otras células en los ganglios linfáticos más cercanos.
En este complejo proceso de defensa intervienen otras líneas celulares del sistema inmune, como son los queratinocitos, linfocitos y macrófagos.
Sin embargo, a veces la piel genera una reacción exagerada y fuera de lugar, lo que llamamos Reacción de Hipersensibilidad. Puede tener lugar por patógenos, sustancias ambientales (polen, ácaros, alimentos…) y moléculas de nuestro propio organismo, lo que conocemos como reacciones alérgicas (cuando son ajenas al organismo) y autoinmunes (cuando son propias).
Potenciar el sistema inmune de la piel
Numerosas enfermedades y problemas de la piel están directamente relacionadas con alteraciones del sistema inmune, reaccionando hacia antígenos propio del organismo o autoantígenos. Algunas de ellas son las dermatitis, psoriasis, el vitíligo o la fotosensibilización.
Reforzar el sistema inmune es posible gracias a los hábitos saludables, entre los que destacamos el uso de protección solar, una correcta alimentación y la práctica de actividades deportivas y antiestrés.
Pero ahora también puedes combatir el cuidado del sistema inmune de tu piel desde la perspectiva de la cosmética, un campo que es objeto de estudio en los laboratorios Shiseido.
Ultimune ayuda a tu piel a defenderse
Con la línea Ultimune, compuesta por Ultimune para el rostro y Ultimune para el contorno de ojos, se incorpora una novedosa tecnología orientada a modular la acción de las células de Langerhans, protegiendo así la piel de los daños tanto externos (radiaciones, polución, infecciones…) como internos (hormonas, estrés, falta de sueño..).
En su composición encontramos los Beta Glucanos, que influyen en la actividad celular de los queratinocitos en las reacciones inflamatorias, y antioxidantes, que protegen a todas líneas celulares de los daños extrínsecos e intrínsecos a los que son sometidas. Produciendo así un efecto calmante y preservando la piel en un estado de completo equilibrio.
El suero se corona con un poder aromacológico, creando un efecto calmante gracias a su fragancia, además de una textura ligera y fundente, absorbiéndose y enriqueciendo la piel en cuestión de segundos.
Su fórmula está avalada por más de 20 patentes y Test in Vivo, haciendo de Ultimune un punto de encuentro donde ciencia y belleza se fusionan para ofrecerte un aliado que te ayudará a combatir las agresiones y el paso del tiempo.
Para beneficiarte de sus propiedades tan sólo deberás aplicarlo justo después de la limpieza facial día y noche. Con su uso continuado la piel se percibe más luminosa y llena de vitalidad. Se nota más suave, más hidratada y con un aspecto más saludable. Además, a medio y largo plazo, sentirás la transformación de tu piel: las arrugas se alisan, la firmeza se restaura, el tono se iguala aportando luminosidad plena. Además aumentará la eficacia de toda tu rutina facial.
De este modo Ultimune deja al servicio de tu piel y tu mirada los últimos avances que ayudarán a reforzar los mecanismos de autodefensa que colaboran en la protección frente al envejecimiento.
Con cada uso de Ultimune ayudarás a que con el paso del tiempo las arrugas estén visiblemente más suavizadas y la piel más luminosa. Sin importar si eres hombres o mujer, tu tipo de piel o tu edad.