Japón es uno de esos países en los que todos nos hemos puesto de acuerdo: está en la lista de espadas soñadas de cualquiera al que preguntes. No es para menos, porque es uno de los sitios con más contrastes del mundo. En Japón tenemos megametrópolis futuristas repletas de luces neón, pueblos tradicionales donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza más virgen y salvaje. Todo ello salpicado de templos, sushi y mucho ramen. ¿Tienes la suerte de poder ir? Entonces apunta estos 13 lugares en tu itinerario.
Tokio: la capital donde todo es posible
La capital nipona es la más moderna de todas las ciudades de Japón, donde los arcades de juego, rascacielos, pasos de cebra masivos y las tendencias de moda más locas se juntan en una fantasía futurista. En Tokio podrás probar toda la gastronomía típica del país, perderte entre luces de neón, descubrir el cruce de peatones más bulliciosa del mundo en Shibuya, disfrutar de las actividades más extrañas y frikis y comprar todo aquello que se te pase por la cabeza.
Desde tomar café rodeado de fauna como gatos, hurones, monos, erizos y perros en alguna de sus cafeterías con animales a disfrazarte de algún personaje de videojuegos, comer en un restaurante de robots, subir a las alturas en alguna de sus torres con miradores como la Tokyo Tower y perderte entre barrios de anime y museos de arte digital donde la realidad y la ficción se mezclan.
Kioto: la ciudad de las geishas
El futurismo de Tokio contrasta con esta ciudad sagrada repleta de templos, pagodas, palacios, jardines y bosques de bambú. Kioto es la imagen más típica y tradicional que tenemos de Japón, porque en ella se fusionan la cultura colorida, rica y vibrante nipona con el día a día de una urbe inmensa. Hace tiempo fue la capital del reino japonés, algo que hoy se recuerda gracias al color rojo que invade aún sus calles, símbolo de grandeza.
Kioto tiene muchísimo que ver, pero es imposible pasar allí unos días sin visitar los templos de Kinkaku-ji, Kyyomiza-dera y Ginkaku-ji. Aprovecha también para perderte en Arashiyama, el bosque de bambú altísimo que apenas deja pasar la luz. Perderse por sus calles aumenta mucho las posibilidades de ver a una geisha en persona, hacerse con algún talismán en sus múltiples mercadillos y respirar la esencia de Japón más genuina.
Osaka y su castillo de cuento
Si tienes en mente una ciudad portuaria, olvídala cuando viajes a Osaka. Porque este lugar está repleto de arquitectura y cultura japonesa en cada rincón, combinando lo mejor de la tradición nipona con luces de neón y mucha estimulación visual. Entre sus must destacan el Castillo de Osaka, el céntrico barrio Dotonbori lleno de restaurantes y tiendas locales, el rascacielos más alto de Japón y los Universal Studios.
Nara: los ciervos más famosos de Japón
Nara es un pueblo pacífico, pequeño y cautivador a poco más de una hora de Osaka. Sus templos budistas son la escapada perfecta para escapar del bullicio de la ciudad, pero este no es el único reclamo turístico de la región. Si Nara tiene algo que le haga famosa son sus ciervos, que campan a sus anchas por el lugar esperando a que los visitantes les den algo de comer, dejándose acariciar e incluso inclinándose con mucha educación a la hora de saludar.
Kobe: la mejor carne del mundo
La ciudad de Kobe se encuentra en un puerto, pero enmarcada por montañas que le confieren un aspecto casi de postal. Allí encontramos muchos onsen (baños japoneses) para relajarnos, el precioso jardín Sorakuen, sendas por el monte Rokko y, por supuesto, la carne de Kobe. Está considerada la mejor del mundo y aquí la encontrarás en todos los menús y tiendas de comida.
Nikko: un paraíso natural en la entrada de un parque nacional
Este pequeño pueblo está situado en la entrada de un parque nacional, el Nikko National Park. Solo a una hora de Tokio podemos encontrar cascadas, lagos, bosques frondosos y el templo Toshogu, uno de los más decorados y fotografiados de toda la región. Especialmente espectacular si estamos en otoño, porque los árboles se vuelven rojos, naranjas y amarillos creando un espectáculo natural maravilloso.
Hida-Takayama: la Ciudad de los Samuráis
Takayama es una de las pocas ciudades de Japón que aún es fiel a sus orígenes arquitectónicos, preservando su herencia a la perfección. También conocida como la Ciudad de los Samuráis, aún podemos descubrir vestigios de la era feudal en su artesanía. Pero también tendremos la oportunidad de disfrazarnos de estos guerreros nipones, aprender artes marciales y de lucha, disfrutar de puestas en escena tal y como eran hace siglos en la Yatai Kaikan y descubrir tesoros de la historia samurái en el Museo de Matsuri no Mori.
Miyajima: la isla sagrada de Japón
La llaman la Isla de los Dioses y es una de las imágenes más famosas, conocidas y buscadas de Japón. Se sitúa en la bahía de Hiroshima, donde se encuentra el templo flotante sintoísta Itsukushima y el torii construido en la arena que, al subir la marea, queda en medio del mar. Todo allí es sagrado, hasta los árboles, que es ilegal talar en esa zona. También tiene ciervos libres por la isla a sus anchas, haciendo del espectáculo visual una auténtica fantasía.
Shirakawa-go, un viaje al pasado de más de dos siglos de antigüedad
Esta es la aldea histórica más conocida de Japón, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995 por su particular estilo arquitectónico. Rodeada de montañas y atravesada por el río Shogawa, sus casitas de techo de paja de más de 250 años se llenan de nieve al llegar el invierno. Hoy en día muchas se han transformado en museo, pero merece la pena conocer este paisaje idílico que ha sido apodado como “los Alpes japoneses”.
Kanazawa: geishas, ninjas y samuráis con los que viajar en el tiempo
Es la esencia del Japón más tradicional, con casitas de madera y paredes correderas y barrios de geishas en los que el tiempo parece haberse detenido. Allí también podemos degustar la comida más tradicional en alguno de sus mercados y descubrir la residencia de samuráis del clan Maeda y su antiguo barrio perfectamente conservado. ¿Lo mejor? El templo ninja Ninjadera, repleto de pasadizos y puertas secretas que descubrir.
Karuizawa: un pueblo resort de cinco estrellas
Karuizawa es un pueblo convertido en retiro de lujo en mitad de la naturaleza nipona. Esta localidad restaurada en formato cinco estrellas es la favorita de muchas celebrities japonesas, e incluso de la familia real. Un emplazamiento idílico al pie de un volcán inactivo, con ríos, lagos, cascadas y bosques que dan un respiro de las ajetreadas urbes y los estreses de la vida diaria.
Hakone: baños onsen japoneses con el Monte Fuji de fondo
Este pueblo montañoso lleno de manantiales termales tiene el Monte Fuji a sus espaldas como telón de fondo. Es el lugar perfecto para los amantes de la naturaleza, con el templo Hakone en la orilla del río Ashino-ko, un antiguo cráter volcánico convertido lleno de agua. Allí se va a probar los famosos onsen japoneses, baños típicos del país en aguas termales. Pero también a descubrir rincones con cascadas, cuevas y sendas entre los árboles
Kamakura: el gran Buda de Japón
A solo una hora de Tokio está este rincón de paz japonés, una ciudad con docenas de templos budistas, sintoístas y una gigantesca estatua de Buda recibiendo a los visitantes. Todo ello conectado por bosques de bambú, colinas y playas surferas donde los japoneses se acercan desde la capital a coger olas.
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