Después de haber vivido casi una década de mi vida en Barcelona, pienso realmente que tenemos Tarragona muy infravalorada, mientras que la capital catalana y la Costa Brava se llevan prácticamente toda la fama. Una buena prueba de ello es este pueblo precioso del que la mayoría nunca había oído hablar pero que es una auténtica joya arquitectónica que la prestigiosa 'National Geographic' destaca como un destino de imprescindible de esta provincia.
Se trata de Aiguamúrcia, un pequeño municipio de unos 900 habitantes a pesar de que su término municipal es el más extenso de la comarca del Alt Camp, en Tarragona. De este modo, no solo es su belleza paisajística y arquitectónica lo que hace tan especial sino la tranquilidad que se respira a solo una hora y cuarto en coche del bullicio de Barcelona.
El pueblo está situado sobre una zona montañosa al margen derecho del río Gaià, limitando al Norte con Querol y Pontons, por el Este con El Montmell, al Sur con Vila-Rodona y por el Oeste con El Pont de Armentera y el Plà de Santa Maria. Incluso el núcleo urbano se Santes Creus, situado al margen derecho del río, forma parte del municipio de Aiguamúrcia. Así como los pequeños núcleos de población de Les Pobles, l'Albà i el Pla de Manlleu.
No obstante, lo importante es que Aiguamúrcia presenta una de las muestras más importantes del arte medieval catalán: el monasterio de Santa Maria de Santes Creus, que forma parte de la ruta del Císter. Se trata de una abadía cisterciense rodeada de olivos y viñas que se levantó a partir del siglo XII y que fue declarada Monumento Nacional por Real Orden el año 1921.
El origen del monasterio se remonta al año 1150, aunque las obras no empezaron hasta el año 1168, y no fue hasta el año 1225 que las dependencias principales estuvieron listas. Dentro del monasterio se encuentra la iglesia con tumbas como las de Pere el Gran, de Jaume II y su esposa Blanca d'Anjou. También un claustro gótico del siglo XIV y el gran dormitorio de los monjes, entre otros rincones.
Otro atractivo que se da durante los meses de verano en el monasterio de Santes Creus es que se programan conciertos de música clásica y audiovisuales sobre el Mundo del Císter. Además de todo esto, a la derecha del monasterio encontramos el Palacio de l'Abad (que data de 1640), con un pequeño claustro que corresponde al antiguo hospital de San Pedro de los Pobres.
En lo que respecta a un aspecto más gastronómico, el cultivo de la viña es muy importante en este municipio, donde podemos encontrar dos bodegas productoras de vino y cava con denominación de origen del Penedès.
Foto de portada | Angela Llop
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