La cola para facturar las maletas o pasar el control de acceso en los aeropuertos son dos de los momentos que más pereza dan de un viaje. En especial, cuando hay que desmontar el equipaje mano para sacar líquidos y aparatos electrónicos o te obligan a deshacerte de algo. Sin embargo, más pereza aún da la forma feroz en la que las aerolíneas ganan dinero con el equipaje. Tasas por pasarse con el peso del equipaje que pueden llegar incluso a superar el precio del billete y condiciones cada vez más estrictas van haciendo más y más complicados nuestros viajes en compañías como Ryanair, EasyJet o Vueling, entre otras.
Por si no tuviéramos suficiente con que algunas aerolíneas ya solo acepten bolsos y mochilas como equipaje de mano o que te intenten cobrar extra por las ensaimadas cuando vienes de Mallorca, también pueden suponer un problema las llamadas maletas "inteligentes". Estas tienen un sistema electrónico integrado que permite la carga de dispositivos, su localización en todo momento, el control de peso o el bloqueo automático, entre otras funciones.
Son especialmente útiles cuando se tiene que viajar mucho por trabajo o se va a realizar un viaje muy largo al otro lado del planeta. Sin embargo, suelen tener baterías de ion litio integradas que no son extraíbles. Sin embargo desconectarlas es un requisito fundamental para poder emplearlas como equipaje de mano y que las abocaba a ser facturadas. En otras aerolíneas, directamente, están prohibidas.
Por lo tanto, antes de tomar un vuelo con una de estas maletas es importante informarnos sobre las normas específicas de la aerolínea con la que volemos con respecto a las maletas inteligentes si no queremos tener sorpresas de última hora.
Foto de portada | Marissa Grootes
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